Greta Lee. Teo Yoo. John Magaro. Choi Wog Young. Isaac Cole Powell. Kristen Sieh.
Lo bonito tiene mala prensa en gran parte de la cultura. Parece que el feísmo parte ya con cierta garantía de trascendencia. Yo paso, lo siento. A mi me gusta más lo bonito que lo feo. Llamadme frívolo.
Vidas Pasadas es una película bonita, muy bonita. Lo digo ya para que se abstenga quien busque otra cosa.
La historia que nos cuentan se desarrolla durante 24 años, primero como niños en su Corea natal. Años más tarde, en la distancia. Y finalmente, con un último encuentro en Nueva York, donde ella reside. Utiliza como fondo referencias de la cultura coreana sobre la reencarnación pero, lo que verdaderamente alimenta la delicada trama es su capacidad para atrapar lo evanescente del paso del tiempo y dejar en el aire la reflexión sobre la fragilidad del destino.
Hay muchas cosas importantes en Vidas Pasadas que la convierten en una película a contracorriente, nada menos que una cinta de un romanticismo abierto y sin fisuras. Pero también parece estar convirtiéndose en una de las sorpresas de esta temporada.
Dentro de lo reconocible, hay dos magníficas interpretaciones centrales. También un guion tan meticuloso en su descripción de la intimidad psicológica de cada personaje, como inteligente en la narrativa. La directora ( también guionista ), opta por la transparencia, sin dejar más esquinas en las motivaciones, de las que sentiríamos cualquiera de nosotros. No busca sorprendernos, sino compartir con nosotros esta hermosa historia.
Lo que la hace aun más singular, es la decisión de Celine Song de optar por lo bonito, con una caligrafía que siempre consigue colocar la cámara en un lugar sorprendente, generando nuevos encuadres, que intercala pequeñas estampas estéticas, y que, sin complejos, es capaz de crear algunas de las imágenes más bellas que el cine nos ha ofrecido de Nueva York.
El resultado es que Vidas Pasadas es una preciosidad, lo es por dentro y por fuera, y no sólo no lo esconde sino que parece su objetivo: rodear esta triste historia de hermosura. Y recordarnos la belleza del amor, aun cuando, como en este caso, también está empapada de tristeza.
Lo dicho, creo que en la temporada de premios va a ser una de las películas del año. Y me ha dejado tan buena sensación que, francamente, me alegrará su éxito.
P/D Un día después, aparecen nuevas reflexiones en el recuerdo: que pena tener sólo una vida, y el amor también puede construirse mentalmente desde mimbres apenas reales frente a lo que de verdad existe.
Público
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