Directores.-
Christopher Storer. Joanna Calo. Ramy Youssef.
Interpretes.-
Jeremy Allen White. Ebon Moss Bachrach. Ayo Edebiri. Lionel Boyce. Liza Colon Zayas. Abby Elliot. Edwin Lee Gibson. Matty Matheson. Oliver Platt. Corey Hendrix. Molly Gordon. L Boy. Chris Witaske. Jamie Lee Curtis. Olivia Colman
Duración.
10 capítulos. 30' C.U.
Disney +
Hace unos meses comentaba aquí la primera temporada de The Bear. Si bien mi valoración final era ligeramente positiva, dejaba clara mi sorpresa por las grandes alabanzas que había recibido la serie. Me había resultado interesante, sí, pero también histérica y con muchas dificultades a la hora de conseguir empatizar con los personajes.
Pues bien, también concluía mi comentario diciendo que, muy posiblemente, si hubiese una segunda parte, la vería. Así ha ocurrido. Y comencemos por el el final: mi entusiasmo con esta segunda temporada es absoluto, creo que es de lo mejor que he visto en serie de televisión en mucho tiempo.
El ritmo se ha sosegado ligeramente, y además, el hecho de conocer ya a la mayoría de personajes de la entrega previa, nos facilita acercarnos a ellos. Pero además se han corregido los posibles excesos, y tengo la sensación de que está mucho mejor escrita y volcada en lo emocional.
Todo comienza donde lo dejábamos la vez anterior: Carmy y Sidney van a liderar la apertura de un nuevo restaurante donde ambos pondrán en valor todos sus conocimientos culinarios, contando con gran parte del personal del negocio previo. A lo largo de diez capítulos les acompañaremos hasta la jornada de apertura para familia y amigos. También hay un viaje al pasado en un capítulo navideño que es la antítesis de lo que estos suelen ser, al tiempo que nos ayudará a conocer mejor a la familia y a gozar de una interpretación magnífica de la gran Jamie Lee Curtis como estrella invitada.
Esta segunda temporada de The Bear tiene muchas cosas que nos atrapan. Por un lado, es un homenaje a la ciudad de Chicago, nunca se había mostrado tan hermosa, como ese estructura inmensa y plural de cristal y luz, siempre en movimiento y habitada por multitud de pequeñas historias.
También, lo he dicho antes, trabaja con amor y cuidado a sus personajes, incluso dedicándole un capítulo a cada uno. Las relaciones con ellos están trazadas con precisión al tiempo que conocemos sus miedos, sus inseguridades, sus deseos....
Y por último, nunca se había filmado tan bien la actividad de un restaurante, tanto en el ritmo como en lo cromático. Es apasionante asistir a los periodos de aprendizaje, a la pasión delicada, al control diario. No puedo evitar en algunos momentos recordar la magnífica versión de La Cocina de Arnold Wesker que hace unos años nos ofreció Peris Mencheta en el Teatro Valle Inclán.
En definitiva, The Bear segunda temporada es una maravillosa propuesta que, centrándose en lo esencial ( media hora por capítulo ) ofrece una apasionante aventura humana, que no por eficaz renuncia al alma y que, en mi caso, me ha ganado absolutamente. Una hermosa crónica del dolor como impulso para la vida, de la grandeza de cada ser humano y de la importancia de la pasión.
Público
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