115 páginas
Disponible en ebook
Para mi Claus y Lucas fue un descubrimiento que sigue creciendo en el recuerdo. Un libro compuesto por tres novelas, que supone en si mismo una experiencia cerrada con sus propios códigos de realidad.
Ayer es por el contrario breve, muy breve. Y de todas maneras reconozco desde las primeras frases la aridez narrativa con la que su autora afronta nuevamente un paisaje externo e íntimo inclemente.
Estamos en tierra de nadie, países con fronteras y una miseria compartida, la crueldad como forma de comportamiento de unos seres humanos con otros, a pesar de una extraña solidaridad que en ocasiones aparece como forma de supervivencia.
La vida devastada, llevada al límite de su falta de sentido.
Y en el centro de todo ello, una historia que podría ser incluso una historia de amor fallido, triste y melodramático, con raíces en la infancia, si la prosa y la perspectiva de Kristof no se ocupase de enfrentarnos al sinsentido del sufrimiento y de la necedad de la injusticia. En definitiva, si la literatura no se convirtiese en una manera de hacernos contemplar la realidad sin protección, mostrándonos el absurdo que, eliminando nuestra interpretación salvadora, tiene la propia existencia.
Krystof no es ni fácil ni complaciente, como no lo fue su vida. La Europa que nos enseña existió. Y es necesario saber que el ser humano puede llegar siempre a este abismo si olvidamos considerar la importancia de su alma y su necesidad de ser tratado como tal. Lo hace mediante retazos, en un ejercicio que exige la participación del lector, y utilizando las palabras con la maestría de crear en la absoluta oscuridad una rara e inesperada belleza poética.
La literatura, en ocasiones, es un arma para luchar.
Público
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