CINE: LA GRAN JUVENTUD de Valeria Bruni Tedeschi

 

Francia 2022

Nadia Tereszkiewicz. Sofiane Bennacer. Lena Garrel. Louise Garrel. Vassili Schneider. Micha Lescot. Noham Edge. Suzanne Lindon. Oscar Lesage. Clara Bretheau. Liv Henneguier. Eva Danino.

Todos hemos sido jóvenes. Todos hemos vivido de una forma u otra esos años, pero lo cierto es que la esencia de la juventud está en ser una etapa de responsabilidades limitadas, sueños infinitos y necesidad de ser libres, sin saber todavía lo que eso significa ( cuantas cosas terminan definiéndose por su ausencia ). 

Posiblemente hay épocas en que la necesidad de ruptura con el orden anterior, hacia de esa juventud un periodo aun más efervescente y los ochenta fueron años de cambio y de descubrimiento para toda la sociedad.

Bruni Tedeschi utiliza lo que parece ser una experiencia personal para narrar ese periodo vital en la existencia de cualquiera. Un grupo de jóvenes pelean por tener un puesto en una prestigiosa escuela de teatro donde nada menos que Patrice Chereau, un ícono de la cultura dramática internacional, les dirigirá en Platonov de Chejov

Lo que nos muestra la directora es por un lado la inseguridad y la búsqueda empapadas de ilusión e ingenuidad, la camaradería entre todos ellos, la libertad con la que mantenían encuentros sexuales sin que eso afectase a sus relaciones, la belleza interior de todos ellos. Pero no por eso se olvida de recordarnos que Oz no existe o debe ser sólo un paso en el camino, y así, los atributos de esa libertad pueden convertirse en drama, como las drogas, las parejas tóxicas, el sida en esos años sin tratamiento, y, por supuesto, el vacío.

Creo que uno de los valores más importantes de la película es su forma de contar, esas escenas cortas y donde momentos de intimidad se mezclan con los excesos dramáticos propios de la interpretación, el magnífico uso de la música. Y con todo ello, consigue que las emociones se muevan en un aparente nivel de superficialidad que puede molestar a algunos pero que a mi me parece que traslada la esencia de lo que son esos años para cualquier persona.

Además, teniendo como aparente hilo conductor la visión de Stella, una joven de familia acomodada que intenta mantener vivo un amor destinado a la tragedia con Etienne, la propuesta tiene mucho de coralidad, puntuada constantemente con semillas de pequeñas historias lo que enriquece mucho el conjunto.

Pero no podemos olvidar que, junto con una carta de amor a la juventud, la película es una carta de amor al teatro. Y nos lo cuenta desde dentro, con su verdad y su sacrificio. Para los que también lo amamos, es un regalo doble toda la cinta y, especialmente ese hermoso final, porque sólo en un escenario esa magia es posible.

Una última reflexión personal: no sé porqué he tenido la suerte de disfrutar de La gran juventud. No tuvo una acogida muy buena en su estreno en nuestro país y la verdad es que no sé porqué, una vez aparecida en Filmin le di a la tecla de ver. Pasa con libros, con teatro, con cine. Podemos dolernos pensar en cuanto nos perdemos o alegrarnos pensando en todo lo que hay. Yo elijo lo segundo. Y adoro estas sorpresas.

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