TEATRO: CIELOS de Wadji Mouawad

Director.-

Sergio Peris- Mencheta

Intérpretes.-

Jorge Kent. Marta Belmonte. Alvaro Monje. Pedro Rubio. Javier Tolosa. Sergio Lanza. Rodrigo Simón

Creo que Incendios fue  el descubrimiento de un autor teatral en nuestro país ( y posiblemente en muchos otros ).  Personalmente conocí la historia a través de la magnífica película de Villeneuve. Mouawab, aparecía como un dramaturgo capaz de afrontar la actualidad, siendo consciente de la fortaleza de las corrientes subterráneas y emparentándolas con la trascendencia de las mitologías.

Cielos es una producción que además está dirigida en este caso por Sergio Peris- Mencheta, artífice en los últimos años de magníficas propuestas teatrales. Por lo tanto podemos decir que nace con expectativas muy altas ( las entradas en el Teatro de la Abadía se agotaron en poco tiempo y casi sin estrenarse, había prorrogado una semana ). Pues bien, en mi caso, esas expectativas no se han visto defraudadas.

El texto nos lleva a una especie de bunker donde cuatro personas intentan resolver un enigma que les permitirá detener un atentado. No conocen el lugar ni el momento, ni siquiera tienen claro el origen. En esa situación de pérdida, se incorpora al grupo un nuevo miembro para sustituir a uno que acaba de suicidarse. Precisamente las razones de ese suicidio parecen contener la clave de lo que puede estar a punto de ocurrir.

El texto es capaz de individualizar a todos sus personajes al tiempo que genera una línea narrativa muy bien sostenida aunque en ocasiones no sea totalmente comprensible, pero son sólo momentos que sirven para colocarnos en la misma situación de angustia que viven los personajes. El seguimiento de la trama es tan apasionante como un buen thriller.

Pero además el autor decide, junto con la meticulosidad de los datos, introducir la palabra y la poesía como elementos sólidos, y cubrir la historia con cierta capa de trascendencia que, si bien crea ciertos pasajes emocionalmente algo crípticos, también le otorga al conjunto una grandeza que, sumada a diferentes elementos religiosos, le confiere un aura de narración mitológica.

Por lo que respecta a la representación, Peris- Mencheta consigue una vez más ofrecer una propuesta singular. En una magnífica escenografía que traslada la dureza del encierro y con un importante juego de luces y proyecciones, le da al texto una agilidad totalmente cinematográfica, aunque con los puntos de descanso suficientes para que la tensión camine con fluidez y dejando respirar.

Cielos es un texto exigente, tampoco esta propuesta ha optado por facilitar el camino. Pero su objetivo, sin olvidar contar una historia, es, una vez más, mostrarnos una dimensión de nuestro mundo que, por movernos en lo cotidiano, no terminamos de ver en su plenitud. El mundo está cambiando, es necesario que seamos conscientes y, sobre todo, que detectemos la tragedia antes de que sea demasiado tarde. Nuestra alma sólo podrá soportar el camino del desierto, si regresa a los principios de amor y comunidad, en caso contrario, nos habrá devorado el futuro.  

Público           


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