CINE: RIMINI de Ulrich Seidl

 

Austria 2022

Michael Thomas. Hans Michael Rehberg. Tessa Gotticher. Georg Friedrich. Inge Maux. Monika Willi. Tanja Hausner. Claudia Martini. Nathalia Baranova

Ulrich Seidl es uno de los directores que retrata con mayor crudeza las miserias de Europa, como un continente que arrastra los pecados escondidos de un pasado por el que nunca se ha pedido perdón. Colonialismo, intimidad invadida en nombre de la religión, abusos, mercantilismo en la infancia, prostitución física y moral..... Su visión es tan cruel como, posiblemente cierta, aunque se le pueda achacar reducir su mirada a un único entorno, pero a cambio, es coherente con su vocación de hacer visible aquello que tantas veces se esconde,

A películas como Import/ Export o la trilogía Paraíso ( Amor, Fe y Esperanza ), se une ahora un díptico compuesto por dos películas: Rímini y Sparta que tiene en común el hecho de que los protagonistas de cada una de ellas sean hijos de un antiguo nazi que, envejeciendo en una residencia, guarda en sus recuerdos la gloria de antaño sin remordimientos.

En este caso, Richi Bravo, su hijo mayor, es un cantante decadente, posiblemente exitoso en algún momento, que ahora sobrevive en la ciudad italiana entreteniendo a turistas alemanes y acostándose, a cambio de dinero, con mujeres cercanas a la tercera edad. Todo se mantiene en un equilibrio miserable y sórdido hasta que su hija, a la que no ve desde hace doce años, acuda para reclamarle lo que cree que le corresponde.

Admiro muchas cosas de Seidl. Su narrativa, siempre tan estructurada como fría, su valentía a la hora de poner en pantalla imágenes que muchos no se atreverían, y, sobre todo, su coherencia siempre al límite, porque contenidos como el final de Rímini podrían ser perfectamente tachados de xenófobos y, sin embargo, son perfectamente reales.

La verdad es la mejor herramienta de este director. Y tengo la sensación de que en este caso nos traslada un mensaje tan difícil y tan contundente, como que cualquier invasión ( y, por favor, que nadie piense que esta es mi definición de la inmigración ) es consecuencia de los pecados no expiados y que poco a poco, han ido pudriendo los cimientos de nuestra civilización. Es aquí donde el nazismo entra en comunión con la mediocridad de sus herederos, aquellos cuyo problema no es tanto vivir con la culpa como con la humildad.

No. Siedl no es complaciente, pero posiblemente, sí necesario. Y, sobre todo, hace, siempre, muy muy buen cine. Rímini es una excelente película y muy importante. Sparta, la segunda parte del díptico, es todavía mejor.

Público 

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