Director musical.-
Josep Pons.
Director de escena.-
Jaume Plensa
Intérpretes.-
Luca Salsi. Sondra Radvanovsky. Erwin Schrott. Francesco Pio Galasso
Liceu Live
Definitivamente, en muchas ocasiones no entiendo a la
crítica. O bien responde a criterios que desconozco, o bien las negativas
rebajan tanto mis expectativas que termino sobrevalorando su visión. No creo
que esto último sea el caso en este Macbeth de Jaume Plensa.
Había leído que la propuesta del artista, estrenándose en la
ópera, pecaba de plana, de una ausencia absoluta de atención narrativa y de un
minimalismo excesivo que se asemejaba a una versión concierto.
Pues bien, lo que yo me he encontrado, es una representación
singular, hermosa e inteligente, un Macbeth a recordar y que, estoy seguro,
será reivindicado. El Macbeth de Verdi y de Plensa, porque este último es
realmente protagonista, dotando a esta sesión de su personalidad.
Vayamos por partes:
Como punto de partida, creo que el director huye
absolutamente de la arqueología para llevar a cabo una abstracción que sitúa la
trama en un espacio mental, con muchas referencias por supuesto, y
muy identificadas con su estética. Pero no es una propuesta endogámica y vacía
sino muy conceptual. De hecho, priman las letras, las palabras, y eso es algo
muy importante en esta obra: son las palabras de las brujas al protagonista las
que desencadenan la tragedia, y la impulsan las palabras leídas por Lady Macbeth
ven la carta que le envía su marido.
Visualmente a mi entender es un espectáculo perfecto, inolvidable.
Que maneja el vacío como un elemento más, igual que hacía Robert Carssen en su
alabada versión de Diálogos de Carmelitas.Ese vestuario de inspiración japonesa, las grandes lanzas, los rostros pintados... Escenas como la de la conversación entre
el matrimonio sólo utilizando una soga o la de la locura, me parecen magníficas
y hay mucha potencia en el banquete o la segunda visita a las brujas, con un
fantástico ballet. Y la grandiosidad de la batalla final creo que nunca se ha trasladado a un escenario con tanta belleza e inteligencia.
Narrativamente, a mi entender , también cumple. Macbeth es
una historia que todos conocemos, la ópera de Verdi simplifica bastante la
trama, y aquí se desarrolla a bordo de soluciones muy acertadas. ¿ Que es
exactamente lo que se echa de menos?. No lo entiendo.
En definitiva, el Macbeth de Plensa cumple a la perfección
con la dinámica de ofrecer la dirección escénica de óperas a artistas plásticos
ajenos al género para garantizar su renovación frente a lo arcaico. Y aquí
plantea una renovación, dotando a esta, de todos conocida, de una nueva
dimensión.
A mi, se ve que al contrario que a la mayoría, me ha
entusiasmado. Y estoy seguro, de que El Macbeth de Plensa no se olvidará
fácilmente.
Público
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