TEATRO: RAMÓN MARÍA DEL VALLE INCLÁN según Ramón Gómez de la Sernad

Versión y dirección.-

Xavier Alberti.

Intérprete.-

Pedro Casablanc

Todo puede pasar en un escenario y todo es susceptible de convertirse en teatro. Sólo hace falta amor y talento.

Este es uno de esos casos en que un material, en principio ajeno, se convierte en material dramático. Se trata de la semblanza que, al parecer, Ramón Gómez de la Serna hizo de su coetáneo Ramón María del Vallé Inclán, no sólo un escritor único sino un personaje singular, representante excelso de la bohemia en un Madrid de principios del siglo pasado con mucho de noche y poco de orden. No en vano, fue capaz de parir un género tan inteligente, rompedor, hermoso, deforme y barroco, como el esperpento.

Una hora y cuarto no da para mucho. No se puede hacer un recorrido amplio por la vida de nadie, y menos por la obra de un escritor que ha sido capaz de producir obras como las Comedias Bárbaras o Luces de Bohemia. No lo intenta el autor, ni el versionador del autor ( no tengo claro que estas definiciones sean correctas, pero yo me entiendo ). Lo que nos ofrece esta pieza es la charla amena de alguien que ha estado cerca del homenajeado y que, además de datos sobre su pasado, nos lo acerca en sus años más vitales.

La propuesta es un monólogo acompañado por un piano, coloreado por una iluminación juguetona y punteado por algunas canciones que no pretenden calidad musical sino alegría. Todo esto al servicio de un texto magnífico. No conozco el original y no sé hasta que punto se ha acortado, adaptado… pero el resultado es excelente, preciso en contenido, muy rico en palabras, hermoso en forma. Es una gozada escucharlo.

Y para que todo esto alcance su excelente nivel, queda la pieza más importante: ese actor que sea capaz de poner en pie este espectáculo y enamorarnos desde el minuto uno, hacernos reír, hacer creíble ese conocimiento cercano del genio, en definitiva, regalarnos estos setenta y cinco minutos de puro teatro. Aquí es donde aparece Pedro Casablanc, tan perfecto como humano, tan sorprendente como meticuloso, tan vivo como puede serlo alguien encima de un escenario. Una comunión absoluta entre actor y personaje que nos recuerda porque tantas veces el teatro es un espacio de magia y sabiduría.

Para no perdérselo.   

Pincha AQUI para adquirir las Greguerías Ilustradas de Ramón Gómez de la Serna.

Picha AQUI  para adquirir las Obras Completas de Valle Inclán.

Público

Comentarios