Collin Farrell. Brendan Gleeson. Kerry Condon. Barry Keoghan. Sheila Flitton. Gary Lydon. Par Shorrt. David Pearse. Brid Ni Neachatin. Jon Keny. Aaron Managhan
Conozco tres obras teatrales de Martin McDonagh y me parece
uno de los dramaturgos más interesantes del panorama actual. Sin embargo, en su
relación con el cine tengo problemas, frente a un reconocimiento general casi
unánime.
Tres anuncios en las afueras, merecedora de muchos premios
internacionales y aplausos, me pareció una buena idea, desarrollada con
artificio no siempre ordenado y, eso sí, entretenido y con un sentido del humor
particular.
Almas en pena en Inisherin me enamora totalmente en su
comienzo, en ese homenaje añejo a la isla irlandesa que sirve de escenario y,
por extensión, a uno forma de vida que se llena a través de las pequeñas cosas,
la magnificación de lo cotidiano, y la asunción de un grado aceptable de
aburrimiento. Aparecen la soledad, algo de desencanto y de sueños frustrados,
pero también la simpatía, la bondad de la convivencia, la belleza del paisaje y
la sensación de refugio. Con una banda sonora que incluye preciosas canciones,
McDonagh es capaz de poner en pie un cuadro amplio y preciso, donde hasta los
animales tienen un protagonismo encantador, y donde tengo una constante
sensación de refugio.
Sin embargo, mi entrega absoluta se quiebra cuando llegan
los escorzos narrativos que descansan en la crueldad y apuntan a la locura, y
que no consigo ensamblar de forma adecuada con lo visto hasta entonces. Tengo
la sensación de que conviven dos películas que no terminan de maridar.
Que duda cabe que hay mucho de bueno. Ya he dicho que la
primera parte me ha enamorado, también unas interpretaciones magníficas. Es
imposible no sentir ternura y compasión por un Collin Farrell entregado, él es
el tronco de esta historia que comienza tan bien y que, en mi opinión, termina
desviándose.
Conociendo al director como el autor de El hombre almohada ( una de las piezas teatrales más perfectas y crueles que recuerdo ), estoy de acuerdo en que hay cosas que no deberían sorprenderme. Pero que difícil es cuando has llegado a un diez, bajar peldaños. Eso es lo que me ha pasado a mi con estas Almas en pena en las que no he estado cómodo. Y lo siento, de verdad lo siento.
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