Director.-
Marco Bellocchio
Intérpretes.-
Fabrizio Gifuni. Margheritha Buy. Toni Servillo. Fausto Russo Alesi. Daniela Marra. Gabriel Montesi. Bebo Storti. Federico Torre. Mattia Bissoni. Fabrizio Conti. Francesco Rossini. Gloria Caronava. Davide Mancini. Enmanuele Aita. Lidia Vitale. Jacopo Relucienti. Mattia Napoli.
Duración.-
6 capítulos. 50' C.U.
Recuerdo el secuestro y asesinato de Aldo Moro de forma lejana y limitada más a una sensación que a un verdadero conocimiento. Recuerdo imágenes confusas en el telediario y un aire de tragedia, poco más. Por lo tanto, cuando comienza Exterior Noche, con el retorno de un Aldo Moro liberado, me confunde. Terminaré el capítulo sexto sin saber si lo que se pretende es enfrentarnos a una conspiración o al que habría ocurrido si......
Elijamos, o no . Bellocchio no nos dirige ni nos exige, se limita a dibujar un retrato al aguafuerte de una sociedad en un momento histórico determinado. La sociedad es la italiana, heredera de la Historia, con unos orígenes que se remontan a la prehistoria y han mamado de dramas políticos cocinados alrededor del poder. Y el momento histórico es aquel en que el comunismo revolucionario ha resucitado la batalla de clases y, desde la ira del proletariado, pretende conquistar la república. Empapándolo todo, la iglesia como institución incuestionable, convirtiendo su liturgia en el envoltorio de una trama que incluso Shakespeare consideraría perversa.
Todo es oscuro porque oscuros son esos años en los que la antigua burguesía, disfrazada de aristocracia decadente, no estaba dispuesta a dejar entrar los nuevos tiempos. En ese escenario, Aldo Moro es una especie de santo laico que apuesta por la concordia y profundiza hasta las mas hondas raíces del cristianismo, un personaje incómodo, casi anacrónico. A partir de ahí, Bellocchio estructura los cuatro capítulos siguientes, antes del de la conclusión, en bloques por protagonistas: el primer ministro, el aura del poder, el Papa, la involucración de la religión en los mecanismos del estado, los terroristas, la ideología frente al idealismo, y la esfera de lo privado, su esposa. Con todo ello, el conjunto es un magnífico material para la reflexión y la duda. Y quizás para llegar a la conclusión de que al final las cosas no han cambiado tanto.
Hay para mi una textura muy especial en cierto cine italiano que parece beber de la artesanía del neorrealismo, en este caso, se puntea con ciertos momentos donde la verdad adquiere tintes surrealistas que el director asume con humor y unas acotaciones musicales de caricatura. Hay un roce de caricatura en el tratamiento de algunos personajes e instituciones, caso alcanzando apariencia de gran guiñol. Pero también tiene la grandeza de una ópera trágica. En general es cine político, un género que en ese país ha tenido verdadera escuela. Extendido en modelo serie pero con la misma capacidad de provocación, de furia y de agresividad.
Creo que Exterior Noche es una de las mejores series de este año, y también es una ocasión para pensar que muchas veces la Historia no es como nos la han contado.
Público
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