Vicky Krieps. Colin Morgan. Florian Teichtmiester, Aaron Frieszt. Manuel Rubey. Alma Hasun. Katharina Lorenz. Regina Fritsch. Resi Reiner. Jeanne Werner. Tamás Lengyen. Raphael Nicholas.
Muchos recordamos a Sissi como el sumun del romanticismo kitsch en aquellas películas protagonizadas por Romy Schneider. Desde entonces, el personaje ha sido siendo sometido a una constante desmitificación comenzada nada menos que por Visconti en Ludwing. Es paradójico que también la actriz que la encarnó fuese sometida a un proceso parecido ( recordemos Lo importante es amar ). Pero volviendo a Sissi, fuimos descubriendo que su hermosa fachada escondía una inestabilidad enfermiza que se vio agravada por su presencia en un encorsetado protocolo donde sólo se le pedía ser eternamente hermosa.
Dentro de ese proceso de desmitificación, La emperatriz rebelde ( terrorífico título español frente al Corsage original ) es el top. Todo comienza cuando la protagonista tiene ya cuarenta años. La relación con su marido ya es casi inexistente, ha perdido una hija, ya es pública su mala salud y sus escasas apariciones la han convertido para la sociedad en un hermoso fantasma.
Lo que viene a continuación es un año con diferentes sucesos donde tendremos un retrato preciso y muy epidérmico de una mujer inestable, caprichosa, mentalmente enferma, inteligente y tiránica. Un ser egoísta y necesitada de amor pero posiblemente incapaz de amar. Adicta a todo aquello que pudiese darle cierta paz aparente. Obsesionada con eso que la atormentada. Posiblemente anoréxica. Es importante la mirada de la directora, capaz de dibujar ese retrato poco complaciente pero al mismo tiempo no renunciar a un acercamiento comprensivo que, sin intentar la disculpa, completa el dibujo con la visión feminista de la mujer solitaria a la que sólo se le permitía un papel estético. A pesar de conocer las manchas de su alma, Marie Kreutzer decide no juzgarla, al contrario, regalarle un final históricamente ficticio pero muy hermoso.
A nosotros no nos cuesta acercarnos a esta Sissi, porque en su construcción se evita cualquier arcaicismo decorativo. No es cine histórico tradicional sino una recreación muy libre, desde los gestos y el perfil de los personajes ( esa peineta¡ ), hasta esos escenarios decadentes que no pueden estar más alejados del tópico paisaje de la corte austriaca de esos años.
En cualquier caso, creo que lo que hace real el proyecto, el tronco en el que se apoya toda la historia, es la interpretación de Vicky Krieps. Sus infinitos matices aparecen en continuo primer plano en su cristalina interpretación. Sólo desde esa trasparencia, es creíble la incomprensible personalidad de esta icónica mujer.
He disfrutado de La emperatriz rebelde ( como me cuesta el título ) como una introspección psicológica que se desarrolla como una aventura íntima, también me ha fascinado la estética hermosamente decadente y, sobre todo, con una actriz que ha realizado una creación inolvidable.
Y sí, pobre Sissi, y nosotros que imaginábamos como una especia de Heidi royal..........
Público
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