Felix Kammerer. Daniel Bruhl. Albertch Schuch. Aaron Hilmer. Edin Hasanovic. Devid Stresow. Anton Von Lucke. Moritz Klaus. Sebastian Hulk. Joe Weintraub. Adrian Grunewald. André Marcon. Luc Feit. Peter Sikorski. Andres Dohler. Michael Witterbotton. Tobias Langhoff. Dominikus Weileder
Para convertir una película en un alegato antibélico, sólo es necesario mostrar la guerra tal cual es, El Cazador, Platoon.... Si además se expone el contraste con aquellos que, responsables de la contienda, esperan y dirigen desde sus despachos, el mensaje es transparente.
Sin novedad en el frente está basada en una novela conocida de Erich Maria Remarque que no conozco. De hecho, me cuesta el género bélico en literatura, necesito la imagen que, si me la cuentan en palabras, me cuesta mucho configurar.
La película de Berger cumple con todo lo dicho anteriormente. Narra un episodio de la 1ª Guerra Mundial desde el punto de vista del ejército alemán en el frente oriental. Siendo una película coral, la línea narrativa acompaña a un joven que, con un grupo de amigos, se alista con toda la ilusión de quienes, viéndose vencedores, quieren luchar por su país. Pronto todo será diferente. Entrar en el infierno sin puerta de salida era algo que no podían imaginar, tampoco los niveles de horror con los que se van a encontrar. Mientras tanto, las autoridades de Alemania y Francia discuten las condiciones de un posible armisticio sin tener en cuenta la velocidad con la que aumenta el número de muertos en cada minuto que pasa.
La base literaria del guion es clara. Es amplio, matizado en el desarrollo de los personajes, con ese aliento de contar historias que las hace grandes. El director lo pone en imágenes con la misma ambición desde esa primera escena tan impactante y tan terriblemente bella, un contraste que seguiremos encontrando en muchos momentos. Grandes planos y grandes paisajes, batallas contadas con toda su crudeza, pero también una mirada íntima capaz de bucear en los rostros y transmitir el miedo y la angustia que empapa el alma de sus protagonistas.
Porque el alegato está en los ojos de esas personas, en su sufrimiento, sentimos su hambre, su desconcierto, su temor, la visceralidad de esos sentimientos en una guerra que se realiza cuerpo a cuerpo. También acusamos el impacto del volumen cuando en diferentes episodios, vemos las cantidades de cadáveres que se amontonan, bien sea en el campo, en las trincheras, en los hospitales de campaña, y pensamos que cada uno de ellos pertenece a un ser humano con su propia existencia, única, y ya destrozada.
Son dos horas y media de inmersión en la historia, una propuesta clásica y capaz de envolvernos, de convertirnos en público con el hambre y la expectación de las grandes ocasiones. Sin que suene pedante, creo que esta es una de esas películas para las que se inventó el cine.
Pincha AQUI para la anterior versión de Sin novedad en el frente
Público
Comentarios