Ricardo Darín. Peter Lanzani. Alejandra Flechner. Antonia Bengoechea. Norman Briski. Claudio Da Passano. Claudio Portaluppi. Alejo García Pintos. Laura Paredes. Brian Sichel. Hector Diaz. Paula Ransenberg. Guillermo Jacubowizc.
Las películas sobre juicios políticos son casi un género en si mismo. Creo que la decana sería Vencedores y Vencidos de Stanley Kramer sobre los juicios de Nuremberg. El año pasado tuvimos el ejemplo de Los 7 de Chicago.
Parece lógico que los juicios que tuvieron lugar una vez concluidos los siete años de la dictadura argentina y que dieron a conocer las atrocidades que, sin ningún tipo de protección tuvo que soportar la población, terminasen contando con su versión cinematográfica. Posiblemente se cuente en alguna otra, no lo sé, pero francamente, creo que Argentina 1985 será considerada la definitiva.
La idea es contar como se llevó a cabo el proceso que, contra lo esperado, y con la oposición de una parte importante y poderosa de la sociedad, consiguió algo tan inimaginable previamente como llevar a la cárcel a Videla y a muchos otros gerifaltes militares. Pero al mismo tiempo, el guion dedica el tiempo suficiente para mostrar el horror, entendiendo que no es necesario subrayar nada para que lo narrado en ese tramos nos parta el alma..
He leído algunas críticas que hacen mención al hecho de que la película reproduzca de forma casi mimética el modelo de genero según el patrón del cine americano. Y es cierto. El fiscal, fantásticamente interpretado por Ricardo Darín, cumple con el papel del héroe incorruptible, también está por supuesto su familia, un grupo de jóvenes entusiastas, un amigo sabio y terminal..... Pero personalmente no lo considero un problema, al contrario, el modelo de ese género ha dado lugar a grandes películas cuando los ingredientes se mezclan de forma correcta, y esta es una de esas veces.
La historia transcurre con agilidad durante sus dos horas y media, diría incluso que con ligereza, tiene ritmo, cierto humor y una estructura perfecta. Y además, es difícil sustraerse a la emoción que, en situaciones así, produce la justicia.
El resultado es clásico, posiblemente pueda decirse que convencional, pero como muchas de las grandes películas que nos cuesta olvidar y forman parte de nuestra memoria. Y además cumple con una misión histórica, la de recordarnos que es importante no olvidar, y vivir en la justicia como homenaje a las víctimas que nunca deben de ser olvidadas.
Público
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