CINE: ATENEA de Romain Gavras

 

Francia 2022

Dali Benssalah. Sami Slimane. Ouaissine Embarek. Birane Ba. Anthony Bajon. Tarek Haddaji. Guy Donald Koukissa, Alexis Manentin. Karim Lasmi. Mehdi Abdelhalkami. 

Hace unos años encontré varias películas que parecían dialogar entre ellas, Parásitos, el final de Joker, y sobre todo, Los Miserables de Ladj Ly, muy cercana a la que vamos a comentar ahora. Transmitían algo muy contundente: se ha terminado el tiempo de la resignación. Ante una brecha cada vez más amplia, una situación de injusticia distributiva que se mueve en polos radicales e inasumibles, pobreza brutal, riqueza de niveles pornográficos, se ha terminado ser conformista. Y la lucha, la revolución, aparece casi como única alternativa.

Atenea avanza en esa línea. Un video que se hace viral a través de las redes, muestra el asesinato de un joven por los golpes de varios policías. Sus tres hermanos, que habitan en el barrio de Atenea , tienen diferentes comportamientos frente a la tragedia. Uno de ellos, Abdel, es policía y apostará por la solución pacífica del conflicto, Mokthart es un traficante centrado sólo en la supervivencia de sus propios negocios, será Karim quien inicie la lucha como un líder exigiendo justicia para terminar convirtiéndose en lo más parecido a un dios de la venganza.

Desde el inicio de la revuelta hasta lo que parece haberse convertido en el germen de lo más parecido a una guerra civil en Francia, la película es una experiencia inmersiva brutal que nos agarra desde la primera escena, construyéndose a través de larguísimos planos, ejemplos de una caligrafía cinematográfica tan contundente como arriesgada. Poco a poco, vamos formando parte de la violencia en este escenario claustrofóbico. 

Pero además, el director opta por ir elevando el tono espiritual de lo que estamos viendo, y consigue darle la altura de una tragedia griega, universalizarlo y convertirlo en un relato casi mitológico. Es más que un problema local, es un problema de todos y , sus protagonistas, no son sólo jóvenes airados y marginales, sino seres humanos con la grandeza que tuvieron los héroes.

Atenea es una película importante que no pretende ofrecer soluciones sino poner el foco en aquello que se acerca. Lo hace con la amplitud de reconocer, en ese epílogo clarificador, que también esa rabia justa puede ser fácilmente manipulada con terribles consecuencias. Pero precisamente por ello, es necesario que recibamos el mensaje y entendamos que va siendo hora de que todos nos comportemos como adultos, asumiendo las consecuencias de nuestro egoísmo, nuestra desidia o nuestro miedo.

Una bofetada, de acuerdo, excelente cinematográficamente hablando, pero también mucho más. Y no olvidemos que en muchas ocasiones la cultura es una alerta, un aviso. Que importante saber escucharlo. Romain Gavras ha aprendido de su padre la capacidad de convertirse en un oráculo.

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