NOVELA: DE DEUDAS Y MUERTOS de Miguel Fortea

Avizor Ediciones

280 páginas

Muchas veces he comentado que el género negro puede ser un retrato inclemente y certero de una sociedad, nada tan representativo de cualquier era como sus miserias. Si además se afronta con perspectiva histórica, situándose en épocas especialmente grises, las posibilidades de conseguir un dibujo amplio se multiplican. Lo hizo Phillip Kerr con su trilogía Berlin Noir en la Alemania nazi, y lo hace Miguel Fortea con el final de la Guerra Cívil y los primeros años del franquismo en De deudas y muertos.

La historia comienza en los últimos días de resistencia de Madrid, cuando las distintas facciones de la izquierda se disputan un protagonismo absurdo en la derrota. Ahí tendrá lugar el primer asesinato de los muchos que habitan estas doscientas páginas.

Lo primero que quiero dejar claro es que la obra de Fortea es, sobre todo, ambiciosa, muy ambiciosa. Recorre Cuelgamuros durante la construcción del Valle de los Caídos y las cuestionables hazañas de la División Azul, antes de llegar a un Madrid de postguerra, oscuro por dentro y por fuera. En todos sus escenarios, la novela es generosa en el tiempo que dedica a describir su esencia, a poblarla de personajes con perfiles claramente dibujados y a tomarse su tiempo para ofrecernos el entorno social y moral.

Pero lo principal es que esa generosidad no se queda en el voluntarismo. Hay claramente mucho trabajo de investigación para entregar tanto, y se pone en papel con una prosa elegante, literaria y muy cuidada. Creo que hay en esta forma de contar mucho de la mejor tradición de narradores, esos que de verdad disfrutan contando y que entienden que cada historia merece su tiempo.

También en su trama la propuesta es amplia. Pensando que todo va a girar alrededor del primer asesinato nos equivocamos. La novela se compone de varias líneas donde encajan desde un criminal en serie hasta traiciones políticas y andanzas alrededor del estraperlo y por supuesto el románticismo triste que no puede faltar en una policiaca que se precie. Todo ello se funde creando un material que llama la atención por su densidad, por transmitir esa sensación de historia compacta, sin fugas. Quizás por ello no sean tan destacables algunas coincidencias que se utilizan y el hecho de que ciertos diálogos  me parezcan más preocupados en su propio ingenio ( que lo hay y mucho ) que en servir de herramienta de desarrollo de la acción.

Miguel Fortea consigue una novela de género muy entretenida, incluso apasionante en muchos momentos, muy bien escrita y con muchas cosas disfrutables dentro. Personalmente me cuesta no llamar la atención sobre la descripción de un personaje importante pero secundario y su meticulosidad: el autor utiliza para subrayar esta característica el desorden causado por un retraso de diez minutos y la incertidumbre que eso iba a incorporar a su existencia, es un párrafo genial que posiblemente a muchos les habría dado para otra historia, pero está claro que a este autor no le cuesta la ficción y además , como he dicho antes, es generoso con su lector.

Finalmente, quiero destacar el hecho de que esta novela suponga el lanzamiento de un proyecto editorial. Avizor Ediciones. Que satisfacción cuando lo que se crea es algo que sirve para hacer que el mundo sea más grande ¿no están para eso los libros?. Enhorabuena a quienes lo han hecho posible.

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