Amber Mindhumber. Dakota Beavers. Dane LiLiegro. Ray Strachan. Stefany Mathias. Michelle Trush
Cierto, tengo prejuicios, nunca pensé que fuese a comentar aquí una película de la saga Predator. Y lo cierto es que sí había visto la primera cuando se estrenó en los ochenta y la crítica reconoció un nivel de imaginación y de control de la tensión, superior a la media. Tengo la sensación de que sus secuelas se convirtieron en la fácil y chusca explotación de un artefacto gore y poco más. Pero sorpresas te da la vida, igual que Mad Max una saga que comenzó bien y luego se despeñó, terminó dándonos una obra tan fantástica como Furia en la carretera.
El caso es que esta versión de Predator es algo imprevisible. Jugando a la precuela, la acción se desplaza a siglos antes y nos traslada a las grandes llanuras americanas, donde las tribus de indios luchaban por su territorio en un combate diario con la naturaleza, diezmada también por los comerciantes de pieles.
En ese escenario, que se cuenta con el detalle de lo cotidiano y la belleza del paisaje, es donde aterrizara este depredador. Su cacería expondrá a un grupo de indios y, especialmente, a una joven que lucha para que se reconozca su posición como cazadora.
La historia es lineal, sencilla, transparente y con una excelente medida de la tensión, huye de la grandilocuencia y nos lleva desde el principio a empatizar con nuestra protagonista. Es cine de acción más que de terror.
Y es buen cine.
Está claro que detrás hay un director y un escritor capaces de hacer una película singular con materiales usados, y convertirla en una cinta tan entretenida como atractiva y agradable de ver.
Una vez más: fuera prejuicios.
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Público
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