Alexander Skarsgard. Anya Taylor Joy. Nicole Kidman. Bjork. Ethan Hawke. Willem Dafoe. Claes Bang. Gustav Lindl. Oscar Novak. Ralph Ineson.
Robert Eggers ha seguido una línea temática clara en sus tres películas hasta la fecha, y es una especie de arqueología del horror. En La Bruja exploraba la invasión de la vida de los primeros colonos americanos por parte de las fuerzas ocultas de la hechicería y en El Faro, eran las leyendas de terrores acuáticos las que venían a empapar la convivencia extrema entre dos hombres condenados a la soledad.
Ahora, en El Hombre del Norte, mira al pasado remoto de la crueldad de las tribus vikingas para, resucitar una leyenda ancestral que sirvió también de inspiración al Hamlet de Shakespeare. Un crimen entre hermanos, inoculará en el hijo de la víctima el germen de la venganza que, alimentado por los dioses de su religión oscura e implacable, lo mantendrá como a un muerto viviente, por encima incluso del amor.
La propuesta es lo más parecido que su director ha hecho a una superproducción, con una dirección artística y un vestuario rigurosos en su arcaicismo, una coreografía nada complaciente a la hora de trasladar las sangrientas costumbres tribales, escenas fastuosas de lucha contra la naturaleza especialmente en el realismo de la travesía marina, y, sobre todo, hace un uso espectacular de los magníficos paisajes de Islandia. En resumen, la puesta en escena es tan fastuosa como poco obstinada en ser complaciente.
Eggers desarrolla la historia como una película de acción llena de sangre y con pinceladas mágicas donde muestra su mitología oscura, y lo hace sin freno y consiguiendo un equilibrio entre ambas líneas que en ocasiones parecería difícil. No olvida a los personajes, perfectamente dibujados en su crueldad, su miedo, sus dudas, su necesidad de supervivencia. La narración es tremendamente eficaz, avanzando al galope. La escena final es una perfecta culminación de un cuento negro que se ha ido acercando paso a paso al infierno.
El Hombre del Norte es sin duda un paso adelante en la carrera de este director. No es perfecta pero sí muy disfrutable, y ofrece de forma contundente lo que promete. Su realismo termina con cualquier estereotipo de los que teníamos sobre los intrépidos aventureros que desde las tierras heladas y robustecidos por su lucha constante con la naturaleza fueron un azote para Europa. Que lejos queda Kirk Douglas.
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