750 páginas
Disponible en ebook
Cuando le concedieron a Orhan Pamuk el Premio Nobel de Literatura, y a pesar de que ya me gustaba mucho, pensé que, de todas maneras, no había publicado obra suficiente para merecer el galardón.
Contrario a lo que suele ocurrir, la producción del autor ha crecido desde entonces, con novelas tan conseguidas y tan ambiciosas como El museo de la inocencia y Una sensación extraña.
Ahora nos presenta Las noches de la peste, probablemente más ambiciosa incluso que las anteriores. La historia tiene lugar en Minguer, una isla bajo el dominio turco. Comienza a principios del siglo pasado cuando el lugar se ve asolado por una epidemia de peste. Lo primero que sorprende es la equivalencia entre lo que se nos está contando y lo que hace poco hemos tenido que sufrir en todo el planeta. Hay confinamiento, cuarentena, imposición de medidas y su compleja adopción por parte de la ciudadanía..... Apunto esto en base a una idea que comentaré más tarde.
La novela se presenta como una crónica histórica a cargo de una historiadora familiarmente relacionada con la epopeya. A través de su narración, basada a su vez en una colección de cartas de su antepasada, tendremos una visión muy rica de lo ocurrido y de como esos hechos afectaron a una colección de personajes muy plural: la sobrina del sultán de Turquía y su marido doctor, el gobernador de la isla, el militar que terminará siendo el líder en la independencia del territorio.... porque entre las consecuencias de la pandemia y el aislamiento del territorio, las habrá también de carácter político, nada menos que el nacimiento de un nuevo estado. Y recorriendo la trama de forma intermitente, la resolución de un crimen que ha tenido lugar en sus paginas iniciales.
Las noches de la peste es una novela coral y múltiple, con infinidad de subtramas y pequeñas historias en las que Pamuk destaca, como siempre, como un gran contador de historias. También es un pintor fascinante capaz de dibujar amplios paisajes y llenarlos de alma. En este sentido, esta pieza cuenta con páginas fantásticas, de lo mejor de su autor.
Sin embargo, tengo un problema con el conjunto. Por un lado, está claro que a un libro de más de setecientas páginas se le exige más. Y lo que a mi me falta es cierta unión en todo el material. Noto cierta aceleración, acumulación tal vez. Me despista la trama policiaca, pintoresca pero sin la continuidad adecuada El epílogo, algo que por supuesto es una elección del autor, no me termina de encajar en el tono seguido hasta entonces. Y, sin embargo, sí tengo la sensación de que hay aquí mucho de gran obra.
Antes hablaba del paralelismo de lo que se cuenta con respecto a nuestra realidad reciente. No sé si un interés editorial ha acelerado la publicación, pero siento que le falta un repaso. Me recuerda a lo que sentí con El sueño del celta de Vargas Llosa ( su primera novela postNobel ).
En cualquier caso, siempre lo digo, es una opinión personal y como tal, subjetiva. Y repito, hay mucho muy bueno en Las noches de la peste. Con lo años, Pamuk sí se ha merecido el Nobel.
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Público
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