SERIE TV: UN ESCÁNDALO MUY INGLÉS de Stephen Frears

 

UK 2018

Hugh Grant. Ben Wishaw. Alex Jennings. Patricia Hodge. Jason Wakins. Eve Myles. Susan Woolridge. Monica Dolan. Patrick Barlow. Michele Dotrice. David Bamber. Blake Harrison. Jonathan Hyde. Morgan Watkins. Paul Hilton

Blueprint Pictures- BBC

Duración.-

3 capítulos. 50' C.U.

Las primeras películas de Stephen Frars eran atrevidas, descaradas. Retrataban una Inglaterra libre y rebelde y funcionaban como antídoto a las literarias propuestas de época de James Ivory.

Luego trabajo con materiales ajenos más convencionales como Dangerous Liaisons o La Reina pero nunca perdió su espíritu crítico hacia la burguesía acomodada.

Un escándalo muy inglés podría ser a la perfección una de sus películas de la etapa inicial. Cuenta una historia real, la del miembro del parlamento Jeremy Thorpe que ha sido el único parlamentario británico juzgado por intento de homicidio. Thorpe, un homosexual reprimido, decidió que esa era la única manera de evitar el peligro que supondría para su carrera la exposición de su último amante. Este, un joven que se mueve entre la ingenuidad y la rabia infantil, es un joven sin formación ni ingresos, de baja extracción.

Y es ahí donde Frears centra la trama, en una lucha de clases donde la aristocracia es realmente un estamento tan hipócrita como falta de escrúpulos. A su merced quedan aquellos que no tienen recursos para tener derecho a la justicia. Thorpe es un depredador sexual al tiempo que un cínico capaz de pasar por dos matrimonios, genera un rechazo equivalente a la lastima que consigue su antagonista.

El director opta por una narración rápida y precisa. Centrada en lo esencial. A pesar de la excelente dirección artística, no se detiene en ella. Su mejor arma son los rostros de sus actores principales y, en eso, ha conseguido un diez, sobre todo gracias a la pareja protagonista.

Siempre pensé que Grant era un actor simpático, correcto en comedia. Es verdad que su mejor interpretación fue, para mi, también en manos de Frears, en Florence Foster Jenkins. Pero nunca lo había visto a este nivel. Su creación es meticulosa, su gesticulación tan terrible como eficaz. Incluso en los pocos momentos en que asoman retazos de ser humano, no puede dejar de darnos miedo. Está grande.

A su lado, Winshaw es la encarnación perfecta de la víctima. Ternura, ingenuidad, patetismo, dolor. El conjunto está perfectamente a la altura de su benefactor. Imposible no desearle ya que no el presente, si un futuro en paz, y quererlo un poco.

Un escandalo muy inglés es fantástica. Un ejercicio de crónica en el que su autor ha puesto mucho de su ideología. Sienta bien de vez en cuando dejar de ser politicamente correctos.

Público

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