Gabriel Olivares
Intérpretes.-
Isa Dugo. Raúl Peñalva. Andrés Acevedo. Eduard Alejandre. Lourdes Martinez. Abraham Arena. Karina Moscol. Borja Rodríguez. Violeta del Campo. Arantxa Sanchis. Paola Pozo. Javier Martín. Jesús Redondo. David García. Adrián Jurtel.
Teatrolab
Leí Our Town hace unos años y me parece un texto maravilloso. Un elogio a la vida, a las pequeñas cosas, a la convivencia desde el punto de vista más tradicional. Una obra que hoy día podría tener un sentido muy especial dentro de nuestra sociedad globalizada. Nunca la había visto representada, sólo conocía una película muy antigua titulada algo así como Sinfonía de la vida. Tenía ganas, la verdad.
Esta versión se representa en el espacio pequeño del Teatro Lara que permite público en tres de sus lados. Es un escenario que favorece la cercanía, algo muy positivo para la sencillez que nos propone Wilder.
Sobre el punto de partida, conviene una pequeña reflexión de localización: el autor enclava su obra en Govern's Corner, un pueblecito genuinamente americano. El mensaje, sin duda, puede ser y debe ser universal. ¿ Hace falta por tanto circunscribirlo al entorno geográfico de su origen o eso, aquí, quedaría arqueológico?. No lo sé, pero sí es verdad que sería a mi entender más cálido utilizar elementos físicos, aunque fuesen menores, que permitiesen anclar la trama a algún escenario reconocible. No hace falta que sea ni nuestra realidad ni aquella en la que se escribió, ni siquiera una concreta pero sí un lugar donde se pudiese estar. La versión de Olivares opta por la abstracción: con un conjunto de actores esforzados, la propuesta es ( salvo en una es cena al final ) totalmente neutra en lo estético, puesta en pie con un ejercicio físico y algo malabarístico sobre el escenario. Parece más un ejercicio de taller actoral, añadido el hecho de mantener las luces de la sala encendidas casi hasta el final.
El resultado es sin duda ágil. Se potencia el humor. La versión, en la que, a pesar de mi lejana lectura, percibo cambios, tiene algún pequeño desajuste sin importancia, pero se lee bien. y el conjunto de actores realiza un esforzado juego coral con muy buenos trabajos y una textura bastante homogénea. Sí, me parece que mantiene un buen tono medio pero no termina de despegar al nivel que el texto merece, algo más palpable en la ausencia de la poesía necesaria en el último acto.
De todas maneras, tampoco hay nada malo. Y en estos tiempos, de verdad agradezco propuestas de repertorio de obras clásicas que no se deberían de olvidar. Un aplauso, limpio y con cariño, sin excesos, eso sí.
Público
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