Beatrice Avanzi
Daniela Ferrari
Fundación Mapfre y Fundación Catalunya La Pedrera.
Para aquellos que disfrutamos de las pintura ausentes de cualquier componente académico, que importante es que una exposición esté bien contada, que componga un relato que nos ayude a vincular el disfrute de la obra con cierto entendimientos sobre las intenciones del artista, su mundo interior, su búsqueda.
Ocurre en este caso. Morandi no era un genio grandilocuente ni un artista imbuido de soberbia. Su obra me transmite la sensación del silencio, de la calma pero no del vacío, de una serenidad inteligente que entiende la hermosura como algo incapaz de agredir, posiblemente parecido a la poesía.
Gracias a los textos que me ayudan a situarlo, comprendo mejor sus blancos, la simetría de sus objetos, el intimismo de sus pinturas. Y me agrada ver su reflejo en otros, constatando que la humildad pronto se convierte en grandeza.
Visitar esta exposición ha sido un maravilloso descanso.
Público
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