Documental
Netflix
Soy incapaz de entender los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes católicos, lo podría comprender como hecho aislado pero no como esa especie de epidemia ocurrida en algunos países como EEUU o Irlanda. Es como si el mal se extendiese entre el colectivo de una forma casi meditada, consciente de su impunidad, asumida y aceptada. Es un horror en si mismo, pero sobre todo, las ruinas que deja a su paso en el corazón y el futuro de los afectados.
Procesión es un documental extraño ya que no se basa en la investigación sobre lo ocurrido sino en como un grupo de afectados recurre a una técnica llamada algo así como teatroterapia para, mediante la representación de algunos de los sucesos que recuerdan, afrontarlos, aceptarlos y eliminar cualquier vestigio de culpa.
Es un ejercicio complejo, muy bien filmado y guionizado con el que no siempre soy capaz de compartir el efecto. En cualquier caso, cada vez que uno de los personajes es capaz de dejar el corazón abierto ante la cámara, la película se llena de emoción, de tristeza y de verdad. Y toda la incomprensión de la que hablaba al principio, me envuelve de nuevo.
En definitiva, Procesión es un testimonio importante. Diferente. El hecho se contó con rigor en películas de ficción como Gracias a Dios ( mi favorita ) o Spotlight. Aquí nos permiten conocer a algunos de sus protagonistas y compartir la profundidad de su dolor.
Público
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