Kristen Stewart. Jack Farthing. Timothy Spall. Sally Hawkins. Sean Harris. Richard Sammel. Amy Manson. Ryan Wichert. Michael Epp. Wendy Patterson. Nikklas Khort. John Keogh. Shaun Lucas.
Diana de Gales es uno de los personajes icónicos del pasado siglo. Durante muchos años teníamos información constante de su vida y obra. Todavía recuerdo las manifestaciones de duelo tras su fallecimiento. Es difícil encontrar reacciones similares en personalidades posiblemente más importantes.
Creo que no era tanto la persona como lo que la rodeaba, la princesa inesperada. Y cuando se hicieron públicos algunos pormenores de su historia y se convirtió en una especie de mártir doliente, su popularidad de multiplicó. Posiblemente fue entonces cuando, más que nunca, se convirtió en personaje.
Ahí es donde entra la propuesta de Larrain.
Ya se ha escrito mucho sobre Diana Spencer y los años que pasó conviviendo con la Familia Real Británica. Ha habido crónicas, reportajes y narraciones como la de la excelente serie The Crown, donde posiblemente el rigor en el contenido sea mucho mayor que en Spencer. Aquí, ( mucho más concentrada, incluyendo sólo un episodio de tres días de duración ), se opta por otro camino: la fabulación. Diana es ya un personaje de leyenda y ha dado el salto a poder admitir la ficción. No sé lo que hay de cierto o de probado en algunas de las anécdotas que incluye, pero gran parte de lo que se nos cuenta transcurre desde la visión de la protagonista, por lo que está claro que es fruto de la invención/ suposición del guionista.
Nos encontramos en Valmoral, tres días de una Navidad en la que las infidelidades mutuas del matrimonio / Carlos- Diana eran ya conocidas. Ella ya sufría trastornos alimenticios, posiblemente también mentales, y una aversión y un miedo insoportables hacia su familia política. Es un encuentro envenenado desde el inicio, donde el grupo real se presenta como una especie de masa compacta con pocas singularidades y en el que la protagonista entra desde el inicio como quien habita una pesadilla. La trama es íntima y meticulosa. Es cierto que incluye algunos aspectos de referencia histórica, en un buscado paralelismo con la historia de Ana Bolena, aparición de fantasma incluido, que es lo que menos me convence.
El trabajo del director es importante. Se atreve a apostar por un tono de cuento oscuro, tenebroso, rozando en algunos momentos el gótico. Lo hace resaltando además el anacronismo en el que viven los protagonistas. Es un retrato en un paisaje, y como tal, gira alrededor del personaje, haciendo que todo bascule a su alrededor. La filmación es visualmente elegante, serena, equilibrada, consiguiendo una belleza que se mueve en el tono de un sueño.
Kristen Stewart está perfecta en su fragilidad y su dolor. No se nos esconde la dificultad de su carácter en esos días, su casi bipolaridad. El confuso ejemplo que suponía para sus hijos. También su populismo, el cariño que generaba en el pueblo y que siempre puede ser cuestionable. Pero también nos produce la ternura de las víctimas, a nosotros y a los artífices de la película, que le regalan un improbable final feliz.
Quedaba un final, triste, trágico. La persona huyendo del personaje encontraría la muerte. Lo paradójico es que fue entonces donde se convirtió en personaje para siempre.
Público
Comentarios