Benedict Cumberbatch. Jesse Plemons. Kristen Dunst. Kodi Smic Mc Phee. Thomasin McKenzie. Frances Conroy. Keith Carradine. Peter Carroll. Adam Beach. Karl Willetts. Genieve Lemons.
Desde Sin Perdón de Clint Eastwood, el concepto de heroísmo comenzó a alejarse del western o, por lo menos, a humanizarse. Fue un cambio relevante si tenemos en cuenta que el género supone la recreación de una parte importante de la base mitológica de los EEUU. Tras diferentes ejemplos en esa tónica más realista, podríamos decir que El poder del perro supone la culminación es la desacralización del antiguo oeste como cuna de una civilización basada en el estereotipo masculino y la cultura de la honestidad.
El argumento podría encajar perfectamente en un western clásico: dos hermanos entregados al cuidado del ganado. Uno carismático, machista, fanfarrón y atávico en sus comportamientos, el otro, más frágil y más cerebral. Una mujer que pronto se convierte en la esposa del segundo, con el rechazo expreso del primero, tanto a ella como al hijo que trae incorporado, muy poco masculino y alejado de las condiciones que exige el trabajo en el rancho.
Sin embargo, ya desde el principio, tenemos la sensación incómoda de extrañeza, porque frente a la empatía del western tradicional, aquí no hay un sólo personaje que nos genere la mínima simpatía. La cinta es árida, áspera. Campion nunca ha sido una directora fácil ni generosa en su narrativa, sino exigente con su público. Con una caligrafía de cortes bruscos capaz de mezclar la grandeza de escenarios que convierte en hostiles con los rostros de unos personajes atormentados en su inseguridad entre el querer y el desear. Una banda sonora expresiva y ajena a cualquier expresión emocional transparente. Y un guion que se va acercando poco a poco, a las perturbadoras escenas en que las almas se muestran sin coraza, casi una forma primitiva de dolor, aquel en el que el ser humano parece tener que enfrentarse desnudo frente al mundo.
En un reparto homogéneo y lleno de aciertos, con la dificultad de asumir personajes tan desgarrados, destaca Benedict Cumberbatch, capaz de mostrar la debilidad desconcertada de un monstruo, de una roca, y hacer el trayecto de verdugo a víctima sin ninguna fisura.
El poder del perro cuestiona muchas cosas, sobre todo los mitos. Su propuesta implica la relectura del presente desde el cuestionamiento del pasado. Y si la visión de su autora nunca ha sido complaciente, aquí se acerca a la tragedia, utilizando las pasiones soterradas y la agresividad del entorno físico y social. El debate debería de comenzar en preguntarnos donde está el peligro, a donde deberíamos de dirigir nuestros miedos.
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