700 páginas
Disponible en ebook.
Una vez que Patria se convirtió en un sorprendente y merecido éxito literario, Aramburu ha pasado a contar con un grupo importante de lectores fieles que se ha mantenido con Los Vencejos. No puedo evitar pensar en como recibirían muchos de esos lectores sus obras más arriesgadas, las decadentes e hipnóticas Los ojos cerrados, La gran Marivian o Bami sin sombra.
Tampoco Los Vencejos está en la línea de Patria pero sí es más convencional que las anteriores. De la variada producción del autor, a la que más me ha recordado es a Viaje con Clara por Alemania.
También aquí el autor es el protagonista. En este caso, un hombre corriente de poco más de cuarenta años, Toni, que, decidido a suicidarse en un año, decide recoger durante los próximos doce meses, una especie de diario entreverando el presente con recuerdos del pasado.
Podría sonar dramático pero no lo es. No faltan los momentos duros, algunos difíciles, pero toda la novela está escrita desde el sentido del humor del desencanto lúcido, la ironía es una constante y, lo que más agradezco en estos tiempos, existe la vocación de saltarse lo políticamente correcto. No sé porqué tengo la sensación de que hay mucho de Aramburu en este hombre.
Por las páginas del libro pasan los recuerdos de su familia, un padre comunista y una madre subyugada, también su matrimonio con una mujer de éxito que le ha abandonado, la relación compleja con un hijo rebelde..... todo ello sostenido en los ejes de tres relaciones: la que mantiene con su único amigo, con una antigua novia que ha aparecido en su vida y con su perra Petra.
El autor, dibuja el retrato de una España en plena transición desde la clase media, y del resultado, muchos años después, para un hombre capaz de estar solo en un mundo tan sobrehabitado como el nuestro. Hay, ya lo he dicho antes, desengaño, y lucidez en una mirada distanciada, pero también, y eso se agradece, esperanza y cierto nivel de comprensión.
El problema es que, narrativamente, las líneas de tensión son muy tenues, nos entretiene, nos sorprenden la inteligencia de muchas de las reflexiones, es fácil empatizar con el protagonista, es fácil sentirse dentro... pero setecientas páginas son muchas páginas. Me habrían sobrado algunas o me habría faltado cierta tensión.
Los Vencejos es una obra importante, una apuesta firme de un muy buen autor comprometido con sus lectores, con los que comparte lo que sin duda son muchos de sus pensamientos. Lo hace además con humor, la virtud de los inteligentes. Y gusta que nos guste. Es una crónica íntima y generacional simpática. No. No es perfecta. Pero seguro que muchos, como yo, serán capaces de disfrutarla, e incluso de aprender sobre el oficio de vivir.
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Público
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