CINE: UNA PELÍCULA DE POLICIAS de Alonso Ruizpalacios

 

Méjico 2021

Documental.

Con la intervención de Mónica del Carmen y Raúl Briones.

Netflix.

Antes de escribir esta entrada, repasé las dos que había publicado sobre las películas anteriores de su director: Gueros y Museo. Recordaba que me habían sorprendido, especialmente la primera. 

Había aspectos comunes entre ambas, especialmente en lo referente a la creatividad y la valentía de su caligrafía y la libertad en lo que respecta al contenido.

Esta, que podría subtitularse "el documental más atípico nunca filmado" ( y mira que se ha renovado el género últimamente ), confirma los mismos valores: libertad, imaginación, carencia de límites, importancia de fondo y forma.... Confirmado: Alonso Ruizpalacios es un creador, un original contador de historias capaz de rozar la genialidad, tan atrevido como lúcido.

La cinta comienza presentándonos a Teresa, una agente de policía en Méjico con una morfología bastante atípica en lo que aquí esperaríamos de un miembro del cuerpo. Directamente a cámara, nos cuenta la historia de su vocación en un montaje algo sorprendente y no exento de ironía. Luego conoceremos a Montoya y haremos con él un recorrido similar. Y descubriremos que son pareja, conocidos en la comisaría como la brigada del amor.

No son puros. Son parte de un sistema en que la corrupción es algo endémico y que ha perdido su componente delictivo. Incluso podríamos verlo como una costumbre que se hereda de padres a hijos. Pero están lejos de las barbaridades que tantas veces hemos escuchado, e incluso tienen su nivel de calidad.

Pero, y aquí va spoiler, aviso, de repente, todo pega un giro, porque lo que estamos viendo no es tanto la historia de Teresa y Montoya como la preparación del rodaje de su historia, y así, la inmersión de los dos actores principales en el cuerpo de policía, abre la oportunidad a que compartan con nosotros cual era su percepción previa y cual es el cambio experimentado tras convivir con otras personas que verdaderamente desean convertirse en agentes.

El problema es que estamos ante un documental, y la realidad siempre vuelve, aquí llegará para abofetear a los protagonistas, a los verdaderos, no a los actores que aspiran a interpretarlos.

Una película de policías es muchas cosas, una historia de amor y una historia triste, una acusación contra la corrupción y la injusticia, un reconocimiento comprensivo e incluso tierno a las personas que buscan un futuro, pero también es un ejercicio narrativo radical, singular e inteligente. Una propuesta tan apasionante por su contenido como por el armazón narrativo que lo contiene.

Y, por supuesto, es otra muestra de que Ruizpalacios es, sin duda alguna, uno de esos directores a los que no hay que olvidar, capaz de que cada una de sus obras sea un regalo imprevisto.

Público 

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