NOVELA: LOS PAZOS DE ULLOA de Emilia Pardo Bazán



Diversas editoriales

400 páginas

Disponible en ebook.

En mis años de colegio ya era lector,  por supuesto. De hecho devoraba libros. Sin embargo, tendía a eludir aquellos que recomendaban las clases de literatura. No sé si lo he comentado alguna vez, pero tengo la sensación de que aquí, hubo un tiempo largo en que la cultura carecía del peso que sí tenía en otros países. Probablemente había muchas razones, algunas en las que todos pensamos, pero el caso es que en ocasiones, la cultura se consideraba sinónimo de aburrimiento.

No. No leíamos a Galdós, o a Pardo Bazán, o a Unamuno... aunque leía mucho. No era lo que "tocaba". En otros países si se leía a Zola, a Shakespeare, a Balzac.... De hecho, paradoja, a esos autores extranjeros, sí en ocasiones los leíamos también nosotros.

Y esta larga introducción, además de ayudarnos a recordar, me sirve también para decir que con Los Pazos de Ulloa me acaba de pasar lo mismo que me ocurrió en su día con La Regenta, que me sorprende que existan piezas literarias de ese nivel en nuestro país y no estén totalmente glorificadas.

Desde el inicio, me quedo enganchado a una prosa enredada, de una riqueza selvática, capaz de describir con una densidad sorprendente. Entre esas palabras enmarañadas va surgiendo el paisaje salvaje del bosque gallego, y perdidos en él , los pazos que dan título a la obra, ya casi una ruina decadente, como la misma aristocracia gallega a la que un día pertenecieron. La novela se inicia con la llegada de un sacerdote, blando y poco vivido, pero que, sin querer, será el detonante que impulse un drama de pasiones cruzadas, una tragedia coral que acelerará el derrumbe moral de lo poco que quedaba en pie en aquel lugar. La última frase es una bofetada contundente que esconde toda la tristeza del derrumbe.

Pardo Bazán no sólo dibuja los paisajes con una inmensa riqueza de detalles, también es capaz de crear una colección de personajes complejos y de darles vida. Al mismo tiempo, no olvida el entorno social y político. Los Pazos de Ulloa es también una crónica certera de aquellos tiempos.

En definitiva, es imposible no disfrutar con esta historia, no admirarla, por supuesto, pero también devorar sus páginas, apasionándonos con lo que nos cuenta. No, la cultura nunca es aburrida.

Me quedan muchos clásicos por leer, de los que no fallan. Que suerte, seguiré compartiendo.

Público

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