CINE: LA MUJER QUE ESCAPÓ de Hong Sang-soo

Corea del Sur 2020

Kim Min-hee. Sao Tung- hwa. Song Seon-mi. Kwon Hae-hyo. Lee Eum.mi. Ha Seon- guk

Esta preciosa película comienza en su título, la mujer se escapó. Gambee llega a visitar a una antigua amiga, a recuperar un contacto perdido en los años. Le cuenta las bondades de su matrimonio, se mueve, ya desde entonces, en una ligera frivolidad. Pero nosotros sabemos que se escapó, quizás para siempre, quizás sólo para disfrutar esos días en que su marido se ha marchado de viaje. Posiblemente hubiésemos llegado a suponerlo, sólo escuchando y observando.

Porque hay dos encuentros más con otras dos antiguas amigas. Una película de mujeres donde los hombres son casi un hecho circunstancial casi ridículo. Y entre las conversaciones, hay muchos silencios, muchas actitudes y palabras que nos dejan adivinar que detrás, como en cualquier vida, existen historias que no siempre se cuentan.

Aparentemente, Sang-soo es capaz de filmar la banalidad dotándola de agilidad y de un extraño poder de atracción. Y lo consigue porque entiende mejor que nadie, que, cuando se trata de seres humanos, posiblemente algo tan vacío como la banalidad no existe. Su cámara consigue captar y transmitir tantos matices que esta cinta aparentemente pequeña ( sólo setenta minutos ) se convierte en inmensa, rica y llena de posibilidades en la oportunidad que ofrece al espectador de construir su propia narración, con la corriente de intimidad que sabemos que vive debajo de los aparentemente insustanciales diálogos.

Mi versión es la de una mujer que se ha parado ha reflexionar sobre su vida, que posiblemente se ha dado cuenta del vacío, y que busca en el pasado, quizás de forma inconsciente, las amarrar que, se ha dado cuenta, no posee en el presente.

Conocí el cine de este director hace seis o siete películas, desde entonces siempre me ha enamorado su humildad, su percepción y su rigor, esa belleza sin agresividad que se refleja una mano que pocas veces se hace presente. Consigue sorprenderme desde la sencillez y lo aparentemente cotidiano.

Y sigue haciéndolo, regalándonos pequeñas joyas, delicada, llenas de amor y que encierran una sabiduría inmensa a la hora de profundizar en la intimidad del ser humano y de contárnoslo sin ningún asomo de grandilocuencia.

Cuando llega ese hermoso y lúcido final, creo que esta vez ha rozado la perfección.

Público
 

Comentarios