174 páginas
Disponible en ebook
VI Premio Ribera del Duero de Libros de Cuentos.
Comentaba hace poco, a raíz del libro de relatos Volar a casa de Daniel Monedero, la diferencia entre un libro que recoge diferentes cuentos de un autor y un libro de cuentos cerrado, compuesto como una obra unitaria, un conjunto común. Como aquel, este proyecto de Marcelo Lujan es una composición homogénea, con unas señas de identificación comunes, que si bien, siempre tienen un punto de artificialidad ( a fin de cuentas hay que enlazar cinco relatos ), funciona como un artefacto potente e hipnótico.
Formalmente, todos los relatos comienzan con dos entradas: unos versos ingleses de alguna canción, y unas frases de las Sagradas Escrituras. Quizás su autor no sólo está dotando de trascendencia lo que nos va a contar sino que también equipara esos estribillos con los nuevos salmos, la necesidad del ser humano de contar con guías que le sirvan para crear y recordar sus propias mitologías.
A pesar del título del conjunto, la oscuridad envuelve estas cinco historias. Hay en ellas mucho dolor, mucha muerte. Podríamos decir que alguno se acerca al terror puro y duro. No está lejos Poe. Tampoco están exentos de perversidad. Hay un cuento de fantasmas puro y duro, una sugerente narración sobre el mal como un virus, la descripción de un personaje doliente en su periplo hacia su desaparición en un mero recuerdo, una estampa de la miseria humana ante el peligro, y, a mi entender el mejor de los relatos, un encuentro que hace sucumbir al protagonista a una tentación que será su condena.
Lujan escribe con un lenguaje denso y un tono premonitorio que envuelve a sus personajes, los condena frente a nosotros que, como el autor, sabemos o intuimos lo que va a ocurrir. Así, hipnotizados en la oscuridad, la realidad se contamina por lo incomprensible, aquello que aparece en ocasiones como un destello de claridad, un fuego que abrasa realidad mutándola en sucesos que podrían actualizar el antiguo testamento de un dios cruel e inmisericorde.
La Claridad es un conjunto hermético y , una vez más, oscuro. De nosotros depende identificar cuanta de esa negrura se corresponde con la humanidad en la que vivimos, o tal vez sean sólo eso, cuentos que llevamos escuchando, en noches de terror e inquietud, desde que el mundo es mundo...
Público
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