NOVELA: BAJO LA SOMBRA DE LOS LOBOS de Alvydas Slepikas

Tusquets

270 páginas

Disponible en ebook.

En el epílogo de esta novela histórica, precisa, terrible y delicada, Slepikas nos explica el origen de la misma, y lo más importante es conocer la absoluta veracidad de lo que cuenta, incluyendo experiencias personales que el autor escuchó de primera mano. La base es terrible. Aquellos niños que, durante la Segunda Guerra Mundial y al concluir esta, se habían convertido en huérfanos, sin ninguna referencia ni familiar ni geográfica. 

Eran niños alemanes que pretendían huir a Lituania, probablemente conociendo muy poco de fronteras y nacionalidades.

Su futuro, su existencia, era un páramo, un horizonte oscuro. Su presente, una lucha por la simple supervivencia en un mundo adulto. La única esperanza del epílogo citado es saber que algunos de esos niños crecieron y consiguieron tener una vida, pienso en ellos como titanes. Se les conocía como los niños lobo, habitaban en los bosques, en las calles de las ciudades, y sólo podían servirse de la caridad y el robo.

La crónica comienza en el horror, dos madres luchando y aceptando las humillaciones que haga falta, para poder alimentar a sus hijos. Y ese horror no desaparece en toda la extensión del libro. Eso sí, con destellos de claridad ya que uno de los aciertos del autor es dejar que el aire cruce las páginas en forma de pequeños párrafos que aportan cierta suavidad al dolor.

A partir de ahí, la narrativa se despliega en varias líneas, unas avanzan, otras se abandonan, saltamos entre ellas y, a retazos, vamos asomándonos a diferentes historias, donde por supuesto habita la crueldad pero también la solidaridad y la dignidad. 

Nos sobrecoge en muchos momentos. No siempre es fácil pero Slepikas apuesta por un acercamiento sincero que es capaz de ser riguroso en el dibujo sin caer en la sordidez. Difícil empeño. Pero además, alcanza un nivel singular de extraña belleza al conseguir contar esta tragedia utilizando las referencias y en ocasiones el tono de los cuentos infantiles, no en vano, la percepción que alcanza y nos importa, es la de los propios niños, que aquí adquieren el merecido homenaje del protagonismo.

Un episodio a fin de cuentas de nuestra historia, y son episodios que no debemos olvidar para que no se repitan. Agradezcamos a este autor que lo convierta en una excelente novela.

Público 

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