Páginas de Espuma
168 páginas
Disponible en ebook.
"El modo de contar una historia es la verdadera historia". Esta frase de uno de los relatos que componen este libro, tiene mucho que decir sobre su esencia. Ya en el primero Ornitología ilustrada, nos encontramos con el autor, que luego se irá disfrazando de diferentes personajes, protagonistas del resto de los cuentos, y en este primero, comparte con nosotros, lectores, su convicción de la literatura como acto de creación, absolutamente libre y capaz de crear un mundo propio.
Los cuentos de Monedero no son en ningún caso crónica, son literatura, los percibo como una creación compuesta de palabras a las que respeta como material único y delicado, fácilmente corrompible. También de esto habla en algún momento.
Sus personajes, podría decirse que son personajes de papel, y esto los mantiene a cierta distancia de la realidad, lo que les otorga una personalidad entre alucinada e inocente que en ocasiones parece rozar el absurdo. Ese choque, siempre suave porque en Volar a casa no hay el mínimo atisbo de violencia, se produce por hacerlos habitar en una realidad de contornos reconocibles, un hospital, una cafetería, un Nueva York que tiene mucho de película, un restaurante coreano... la sensación es que de esa mixtura obtenemos una poesía ligera, que incluye también una reflexión inteligente de muchos aspectos de nuestra vida cuando la contemplamos con capacidad de aprender y sorprendernos.
Pasándolo por la literatura, lo cotidiano puede adquirir un nivel de grandeza, de singularidad, que no encontramos a simple vista y sí está en estos relatos.
Volar a casa es un libro de cuentos, no una colección, tiene una unidad, no sólo de estilo sino también de propósito, esa nueva visión que he citado. También, por eso mismo, tiene un orden. Como decía antes, comienza con lo que es casi una declaración de principios y concluye con el que podríamos llamar más convencional si la palabra convencional tuviese sentido ante esta nueva mirada. El conjunto es armónico, fácil de transitar. Porque a pesar de su singularidad el autor no nos abandona en ningún momento y, a quienes amamos los libros, nos va dejando referencias en forma de balizas que nos dan la seguridad de estar en terreno conocido.
He leído Volar a casa con autentico placer de lector, inmerso, sin buscar nada más que perderme en sus páginas. Me he emocionado, sorprendido, ilusionado. Descubro todo lo que puede hacerse con las palabras , y me quedo con una frase de tantas "La vida es algo que a veces dan ganas de abrazar".
Cada vez estoy más convencido de que los libros son el invento más importante de la humanidad.
Público
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