264 páginas
Disponible en ebook.
A mediados de los años setenta, un piloto, por pura casualidad, descubrió a los Lykov, una familia de fanáticos religiosos que se había autoexiliado en lo más remoto de Siberia para vivir de acuerdo a sus principios, sin permitir que se contaminasen por el mundo.
Poco a poco, se irá creando una relación tan extraña como entrañable entre los encontrados y un grupo de geólogos que trabajan relativamente cerca. También se incorpora a esa amistad, Perkov, periodista que escribe los artículos que componen este libro y que, de forma cronológica, nos contará gran parte de esta historia.
Y digo gran parte pero no toda la historia, porque a la verdad, y este libro es una crónica cierta y rigurosa, no se le puede inventar lo que no se conoce. Por mucho que nos cuenten sus protagonistas, es imposible imaginar la grandeza de su epopeya antes de ser conocidos, y cuesta imaginar cual será el final de la última superviviente.
Ahgfa y su padre, serán a los que más lleguemos a conocer, los únicos que llegarán a tener una posición más o menos estable en el mundo y que recorrerán un último camino, el de tener que aprender a aceptar aquellas cosas que son necesarias integrándolas en su fe. Sí es difícil comprender como fueron capaces de abandonarlo todo y vivir en lucha con la naturaleza durante más de treinta años ( de hecho algunos de ellos nunca habían visto a otro ser humano fuera de su familia ) , no debe de resultar mucho más fácil descubrir todo lo que el mundo ha cambiado en ese tiempo.
Las crónicas incluidas en este volumen, son rigurosas y consiguen transmitir la información sin olvidarse del alma, a fin de cuentas estamos escuchando una historia humana.
Vivimos en una existencia veloz que se inventa a si misma de forma constante, nos resulta imposible imaginar que alguien pueda decidir renunciar a todo ello. Además es sorprendente pensar que en el planeta que creíamos haber conquistado, existen parajes donde alguien puede desaparecer por más de tres décadas. Y detrás de cada historia, hay unos seres humanos, con deseos, con miedos, con decisiones y con vidas, tan relevantes como la de cualquiera de nosotros.
Los viejos creyentes nos habla del misterios que sigue siendo el ser humano, pero también de que, con la capacidad de comprensión suficiente, podremos recordar y sentir lo que nos une debajo de nuestras elecciones.
Que difícil no sentir cariño hacia estos personajes, y, sin comprenderlos, llegar incluso a admirarlos.
Público
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