CINE: JUDAS Y EL MESIAS NEGRO de Shaka King

 

USA 2020

Daniel Kaluuya. Lakeih Stanfield. Jesse Plemmons. Martin Sheen. Ashton Sanders. Lil Rel Howery. Algee Smith

El título de esta película no puede ser más adecuado. Nos cuentan la historia de una traición, la de un delincuente de poca monta que consigue acercarse al líder de los Panteras Negras de Illinois, un joven con un carisma mesiánico, capaz, no sólo de poner en movimiento al colectivo de color, sino de plantear una revolución donde unir a todos los desfavorecidos. Una amenaza que el estado americano, y en su nombre el FBI tiene que abortar. Como si las historias bíblicas fuesen sólo una guía para el futuro, los agentes encuentran su Judas, y será él quien finalmente entregue a aquel que le ha acogido. 

La cinta se inscribe en la corriente que, como cité cuando hablaba de Una noche en Miami, llegan a las pantallas para recordarnos la historia reciente en lo que se refiere a la discriminación de la población afroamericana. Para entender es necesario conocer, y para conocer, es necesario ser capaz de recordar. Supongo que este factor, en casos como este, actúa de efecto tractor, posibilitando éxitos tan desmedidos como el de esta película de Shaka King. Y ojo, no estoy diciendo que sea mala ni muchísimo menos, pero sí que las expectativas generadas por la infinidad de premios recibidos, se me quedan, una vez vista, por debajo.

Lo más interesante es la sinceridad. No estamos hablando de negros buenos frente a blancos malos. Sí, es cierto, se nos muestra algo innegable, el abuso policial frente a las personas de color, y, en un impecable diálogo de un agente con su superior, el desprecio innato del hombre blanco hacia una posible convivencia en igualdad. Pero hablamos de los Panteras Negras, y en este caso, la violencia era el arma utilizada por ambas partes. La revolución que se pretendía en ningún caso era un proyecto pacífico.

La película recrea con precisión la oscuridad de ese clima de violencia, la vida en una tensión que ha convertido la situación en lo más parecido a una guerra y a sus participantes en combatientes. Funciona como crónica sensorial aunque falte información. Pero personalmente me falta densidad en las relaciones entre sus protagonistas, por mucho que las excelentes interpretaciones solidifiquen a los personajes. No palpo las inseguridades del Mesías ni participo en la evolución hacia el miedo ni las contradicciones del traidor.

Con todo, el resultado es un buen thriller que contribuye, como decía al principio, a que entendamos la necesidad de avanzar en este camino sin límites. Que entendamos con claridad que hay un pasado frente al que responder y que, cuando nos encontramos todavía con sucesos que nos repugnan, debemos alarmarnos recordando lo que hubo.

Es extraño, que una cinta tan esperada sólo nos haya llegado a través de plataformas. O tal vez nada es extraño en el cine en este año. Queda saber como será para las salas el retorno a la normalidad. Crucemos los dedos.

Público        

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