Director.-
Barry Jenkins
Intérpretes.-
Thuso Mbedu. Joel Edgerton. Chase W Dillon. Aaron Pierre. Jared Warrem. Peter Mullan. Shikita James. Sheila Atim. Lucius Baston. Kraig Dane. Trevor David. William Jackson Parker. Jeff Pope. Deja Dee. LaChelle Walker. Lucy Faust. Athena Akers. John Branch. Andrea Laing. Kevin Savage. Mark Hockl. Jim Klock. David Jensen. Elgin Lee. Kara Flowers.
Duración.-
10 capítulos- 50' c.u.
Amazom
El otro día lo comentaba a tenor de Una noche en Miami. Podemos pensar que el racismo era algo que ocurría en tiempos de esclavitud y que Raíces ya contó todo al respecto. También, que la lucha por los derechos civiles está superada. Y de pronto nos encontramos con que las noticias nos hablan de crímenes contra personas de color perpetradas con total impunidad por las fuerzas del orden que deberían de protegerlos. Si esto es lo que conocemos ¿ que no habrá detrás?. Y entonces comprendemos que movimientos como el Black Lives Matter tengan aun, lamentablemente, sentido.
En el ámbito cultural, son varias las propuestas que deciden recordar la historia. No está superada, está claro. Volver a ponerla ante nuestros ojos, nos ayuda a entender el nivel de rabia en el que viven aquellos para los que la injusticia ha sido el lugar en donde han tenido que vivir ellos y sus antepasados.
The underground railroad se basa en una novela de Colem Whitehead galardonada con el Pulitzer. De este autor conozco sólo Los chicos de la Nickel ( su segundo Pulitzer ) y tengo que decir que la razón por la que no terminó de gustarme fue precisamente porque, en ese caso, su militancia, me pareció algo forzada. En este caso, todo es más claro, partimos de una leyenda en la que se atribuía la huida de muchos esclavos no encontrados, a la existencia de un ferrocarril subterráneo que los trasladaba a tierras del norte, y todo comienza en una plantación de algodón, con los colores tradicionales pero ninguna prudencia a la hora de trasladarnos el horror con el que se enfrentaban a diario los esclavos.
La madre de Cora, la protagonista, huyó dejando a su hija sola en aquel terrible lugar. Un cazador de esclavos recuerda esta historia como un fracaso personal que lo marcó de por vida. Sólo el ferrocarril pudo hacerla desaparecer sin dejar rastro. Por eso cuando es Cora la que decide huir, este hombre de sórdido pasado, se lanzará en su búsqueda como forma de cerrar un círculo.
La narración se desarrolla entre la realidad y la leyenda, sin que en muchas ocasiones tengamos claro si nos encontramos ante una crónica o una distopía. La interpretación que vamos recibiendo, en ocasiones con capítulos retrospectivos, nos anima a nuevas lecturas, a menudo complejas. De hecho, creo que si volviésemos a ver la serie entera, podríamos darle un sentido totalmente diferente y posiblemente más rico.
Barry Jenkins ya demostró en Moonlight su vocación de estilo. Una historia de confusión y soledad, se convertía en un poema delicado, con una sólida estructura. En este caso, hay una caligrafía muy potente que apoya la construcción de esta mitología alrededor de la raza negra y su cruel epopeya, pero en ocasiones puede resultar excesiva.
La serie no es fácil pero ofrece tramos apasionantes, eso sí, junto a otros algo premiosos o demasiado oscuros. Es una apuesta potente, un proyecto importante en la que hay que asumir cierta irregularidad pero cumple como proyecto narrativo audiovisual de calidad y por supuesto, como crónica, recordatorio histórico que sigue siendo, lamentablemente, necesario.
Público
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