CINE: EL BAILE DE LOS 41 de David Pablos

 

México 2021

Alfonso Herrera. Emiliano Zurita. Mabel Cadena, Fernando Becerril. Paulina Álvarez Muñoz. Alvaro Guerrero. Eugenio Bartilotti

Netflix

El baile de los 41 narra al parecer un hecho histórico. A principios del siglo pasado, una redada en una fiesta en una casa particular, sorprendió, no sólo porque todos los presentes fuesen hombres sino porque la mitad estaban vestidos de mujeres. Un escándalo en la alta sociedad que termino con la humillación y condena de todos ellos.

Tengo una sensación durante todo el visionado de la cinta que, de algún modo, se modifica con una reflexión posterior. Voy a intentar compartirlo:

La factura estética es una gozada. Los escenarios son fantásticos y están acompañados de una evocadora banda sonora y una fotografía que consigue sacar lo mejor de todo el material. Es difícil no dejarse llevar y disfrutar con la fastuosa dirección de producción.

Por lo que se refiere al contenido, existe una línea argumental muy clara y lineal: el protagonista, un homosexual secreto ( o no tanto en su entorno ), se casa con la hija del Presidente del país, con el objetivo de empujar su carrera política, al tiempo que conoce a un joven con el que, inesperadamente, comienza a construir una historia de amor.

La primera sensación es, por un lado, que hay muchas cosas apuntadas. Por otro, que el director no sólo no toma partido sino que no tenemos claro desde que ideario nos quería contar la historia. Sin duda el retrato de la decadencia es clara. Los homosexuales que forman parte de este club, tienen una posición confusa entre el travestismo y una visión hedonista de la vida que pasa por la utilización de efebos de pago en sus orgías. Sí, puede, como siempre, entenderse como una reivindicación de la libertad, pero siempre recordando que, algunos de ellos, no dudan en incorporarse a la hipocresía, formando una familia y haciéndola infeliz. Ese grupo de hombres, no nos produce, por lo tanto, demasiada compasión ni empatía.

Por lo que respecta al protagonista, el rechazo al principio es frontal, y su cambio ante el posible enamoramiento, no lo cambia del todo. Incluso continua teniendo con su mujer algún comportamiento brutal. 

Tampoco ella resulta querible, y tal vez uno de los problemas de El baile de los 41, es que ningún personaje lo sea. En este caso, la esposa se convierte en una Némesis que exige su tributo a costa de convertir la vida de los dos en un infierno.

Sin embargo, como decía al inicio, la reflexión posterior me lleva a pensar que porqué tenemos que exigirle a un creador una toma de postura cuando está narrando unos hechos, o quizás habría que plantearse si no estamos rechazando los claroscuros tan habituales en la condición humana y en las sociedades claramente injustas. Es cierto que se le puede achacar que lo estético, el gran valor de la cinta, cubre lo emocional que no termina de traspasar la pantalla, así como que la complejidad de lo que se cuenta podría requerir más profundidad. Pero la posición frente a los hechos, deberá de ser la nuestra.

El baile de los 41 es por lo tanto una excelente producción y una correcta historia, el resultado global, por lo tanto apreciable, más que apreciable. Tengo la seguridad en cualquier caso de que es mucho más cine histórico que militante, y de hecho dudo que se convierta en un icono para el colectivo. No es Los chicos de la banda, definitivamente no. Pero a lo mejor es más valiente.

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