Tahar Rahim. Elie Bamber. Jenna Coleman. Billy Howle. Tim McInnemmy. William Brand. Nicole Beutler. Stuart Bowman. Bern Collaco. Pravessh Rana. Chicha Amatayakul. Ruby Ashborne. Serkis Sahajak.
Duración.-
8 capítulos
60' c.u.
BBC/ NETFLIX
Creo que fue Alfred Hitchcock quien dijo que la entidad de una película de cine negro tenía mucho que ver con el atractivo y la personalidad del antagonista.
Sin duda ese es uno de los factores que hacen que La Serpiente resulte apasionante. Charles Sobhraj, personaje real, se convirtió en uno de los asesinos en serie más importante de Asia, operando en diferentes países durante los años setenta y siempre eligiendo como víctimas a hippies turistas que buscaban en ese continente un escape a su cómodo estilo de vida occidental y una aventura tan controlada como colonialista en el fondo.
En compañía de una mujer canadiense enfermizamente enamorada de él y de un socio local, fue sembrando de cadáveres las rutas de paso hacia el nirvana y aumentando el número de desaparecidos.
A medida que avanzamos en la trama y vamos teniendo más información de este frío personaje a quien sólo parece interesarle el dinero, vamos descubriendo otras capas: su crueldad que en ocasiones es enseñamiento, un rencor de raza escondido, una falta total de sentimientos.... Sin desvelarnos totalmente su interior, el guion sí nos ofrece datos suficientes para poder ver claramente al monstruo, sin abandonar el misterio.
La interpretación de Tahar Rahim incorpora es perfecta para conseguir que, a pesar del horror. Sobhraj nos hipnotice.
Sólo el empeño de un diplomático holandés, su mujer y algún otro personaje al que consiguió incorporar a su cruzada, hicieron posible la detención del asesino, eso sí, tras varias décadas de impunidad. La serie nos ofrece en paralelo las dos líneas y las encaja a la perfección en una estructura temporal de avances y retrocesos que, si bien puede llevar a confusión, a mi me resulta fácil salvo en su último capítulo. Lo único que puedo echarle en cara a La Serpiente es ese final algo apresurado que me deja sin explicaciones para los últimos giros de la trama.
Pero como he dicho antes, la serie es apasionante, brillante y ágil, con una estética setentera perfecta y un ritmo trepidante y adecuado.
Muy buena. Quizás lo que nos debería de hacer temblar es pensar que lo que cuenta es verdad.
Público
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