NOVELA: UN LUGAR LLAMADO ANTAÑO de Olga Tokarczuk

 

Anagrama

260 páginas

Disponible en ebook.

Antaño es un lugar en el centro de Polonia. Un territorio que parece estar situado entre la realidad y la fantasía. Habitado por un microcosmos de seres humanos que parecen vivir en el seno de las leyendas y compartir su existencia con una dimensión más cercana a los sueños.

En Antaño ocurren infinitas pequeñas historias a sus personajes y Olga Tokarczuk nos las cuenta con una prosa que tiene mucho de mágico en las imágenes que crea, pero también de orgánica, como si esas propias imágenes y las palabras fuesen parte del alma del lugar.

Con capítulos cortos que van enlazando lo que en principio podría parecer una sucesión de relatos en un entorno geográfico común, pero que se van fusionando sin que nos demos cuenta, conformando una novela coral.

La guerra cruza por la mitad la historia y la convierte en otra cosa, como si la Historia con mayúsculas se presentase para exigir realidad a este paisaje y, desde ahí, aquellos que eran sus personajes, pasasen a ser desheredados, obligados a abandonar esa existencia previa, de sueños y leyendas, para amoldarse a la practicidad de la nueva Europa, del nuevo mundo posiblemente. Les queda el poso de lo que fueron capaces de sentir, eso posiblemente los convierte en condenados pero la autora los recoge y los eleva contándonos su historia. El mosaico concluye sin que dejemos de percibir esos colores que en ocasiones cuesta ver por una luz excesiva.

He leído comparaciones de esta obra con Cien años de soledad y el realismo mágico de García Márquez. No es desacertado. En ella la autora es capaz de otorgar otra dimensión a lo cotidiano. Sin embargo, hay una diferencia importante en el lenguaje. Sin saber como lo hace, Tokarczuk consigue una aparente ligereza que en ningún caso atrapa sino acerca, que envuelve, que comparte. Un tono humilde que parece no ser consciente de su grandeza. Quizás la diferencia esté en la diferencia de colores entre una Latinoamérica naciente y una Europa que empezaba a ser vieja.

Un lugar llamado Antaño recorre décadas en la existencia de la comunidad, una guerra y e recuerdo de otra, una invasión, un cambio de modelo social. Pero sobre todo recorre una vidas grandes aunque no lo parezcan, y recorre sus existencias, sus sueños y su relación con el mundo que les rodea y que no siempre está limitado a lo que pueden ver sus ojos. 

Desconocía, como muchos aquí, a esta autora hasta la concesión del Premio Nobel. Como ya ocurrió con Jellineck y con Herta Muller, para mi ha tenido el valor de descubrirme una voz narrativa singular, diferente, pero sobre todo comprometida con el arte de contar, de dibujar por palabras, de preparar el legado de una civilización. Que es lo que, a fin de cuentas, es la literatura.

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