Antonio Simón
Intérpretes.-
Elisabet Gelabert. Roberto Enríquez. Dafnis Balduz. Rocío Calvo. Oscar de la Fuente. Lourdes García. Nuria Herrero. Raúl Prieto. Fernando Tielve. José Luis Torrijo. Mario Zorrilla
Con Nápoles Millonaria me pasaba un poco lo que comentaba el otro día a raíz de Marat Sade, un clásico del último siglo que nunca había conseguido ver y que no quise leer para disfrutarla algún día en escena. Y ese día ha llegado.
La historia tiene lugar en el hogar donde viven Genaro y Amanda con sus dos hijos, más bien malviven en la Italia fascista de la Segunda Guerra Mundial gracias al extraperlo. A su alrededor, unos cuantos vecinos, forman una fauna cercana al sainete.
El primer acto es casi farsesco. Con un festivo colofón. Cuando comienza el segundo, nos sorprende el cambio en el escenario. Pronto nos enteraremos de los motivos y de cual es la situación actual de la familia. Continua el humor, pero, poco a poco, va asomando el drama.
Lo primero que siempre me interesa cuando llego a uno de estos clásicos, es como ha envejecido el texto. En este caso, tengo que reconocer cierto miedo al principio, pero poco a poco, nos vamos dejando llevar por el humor y también por la ternura. Y uno de los grandes aciertos de esta versión es ese tercer acto tan pegado a nuestra realidad sin traicionar el sentido de la pieza.
La producción es ágil y limpia. El decorado, que se va desnudando poco a poco, enseñando las tripas, funciona a la perfección, y los intermedios musicales son muy adecuados. Pero sobre todo, la interpretación de todo el conjunto, parece totalmente comprometida con extraer lo mejor del texto y trasladárnoslo, ya sea para hacernos reír, ya para emocionarnos.
El resultado final es que un clásico del teatro italiano, muy cercano a su propia historia y a las comedias que tantas veces nos regaló su cinematografía, se ofrece como una representación encantadora, agradable y que se ve con gusto. En estos tiempos, eso es mucho, mucho.
Público
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