230 páginas
Disponible en ebook.
Voy a ser muy sincero con el comentario de esta novela. Siempre lo soy, claro, pero en este caso va a suponer un ejercicio de reflexión que me ayude a acercarme más a lo que he leído.
Lo primero, el acercamiento. Como en otras ocasiones, desconocía a la autora, pero las críticas favorables no sólo eran unánimes sino también entusiastas. Además tengo debilidad por estas editoriales realmente comprometidas con la literatura como Asteroide, Impedimenta etc. con un fondo de autores novedoso y unas portadas preciosas.
Lo segundo, y aquí comienza la sinceridad, el desconcierto. Desde el primer párrafo, tengo la sensación de que estoy ante un texto del que, en todos sus párrafos, hay una mitad que comprendo y otro que se me escapan, como si fuesen dos niveles distintos. De hecho, más que párrafo, debería de decir capítulos, la novela está compuesta de pequeñas unidades unidas por los personajes y algunas tareas cotidianas. Y entre ellos, caen aportaciones dispares, chistes, diálogos, aforismos.... sin un orden aparente pero que en lugar de desconcertar, van, extrañamente, aportando densidad a lo que nos están contando.
Porque lo cierto es que, a pesar de la inicial confusión y de avanzar con la sensación de no tener nunca un pasamanos al que agarrarme, soy capaz de contar lo que nos cuenta, de entender la historia, en primera persona, de una bibliotecaria que vive con su marido y su hijo, y cuida de su hermano adicto y en el inicio de una relación.
La voz de la narradora es realmente lo que convierte en singular esta pieza, una voz capaz de contar sus pequeños ritos o las circunstancias más dramáticas, en el mismo tono entre la estupefacción, la sorpresa y cierta ingenuidad. Podríamos pensar, y de hecho al principio lo dudo, en cierta discapacidad. Pero cuando sigo caminando, entre la ternura y una bondad inocente, tengo la sensación de que Lizzie es realmente una especie de Buster Keaton, un Chaplin, capaz de hacer que el mundo sea y se comporte de otra manera.
Termino por lo tanto la lectura de Clima entendiendo, si no compartiéndolas al cien por cien, las críticas positivas, Por la singularidad de esa voz capaz de pintar la vida con otros colores, de llenar las páginas con una ligereza que en ningún caso supone superficialidad o intrascendencia, por que rebosa inteligencia.....
Tendré que volver a Offill. Me interesa, me interesa mucho.
Público
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