CINE: NO MATARÁS de David Victori

 

España 2020

Mario Casas. Milena Smit. Elizabeth Larena. Fernando Valdivieso. Joaquín Caserza. Victor Solé. Albert Green. Andreo Kreutzer

Por fin.

Después de varios años mereciéndolo, los miembros de la Academia, se han dignado a nominar a Mario Casas a los Goya en la categoría de Mejor Interpretación Masculina.

Ha sido por esta No Matarás, pero este mismo año también podría haber sido por El Practicante, en registro psicópata.

Y es que, aunque cueste reconocerlo a algunos ( no se si por su origen televisivo o su figura de ídolo de quinceañeras que ya no lo son tanto ), Casas es un buen actor, capaz de sostener una película. Personalmente lo descubrí en la excelente Grupo 7.

Entendiendo que No Matarás podría entenderse por lo tanto como un vehículo de lucimiento, lo que la cualifica es que no lo es, o no sólo es eso.

La historia es conocida: chico conoce chica, o mejor, chico bueno conoce chica mala, una noche, y la noche se convierte en una pesadilla. Hasta aquí, repito, conocido.

Sin embargo, en primer lugar, Casas está rodeado de un buen grupo de actores que consigue darle entidad y personalidad a sus personajes que en ningún caso quedan encogidos ante el peso del protagonista sino que rivalizan con él en atención. En este sentido, es impresionante la creación de Milena Smit, muy importante ya que sin su magnética creación sería muy difícil que la historia tuviera sentido.

Pero donde verdaderamente el director consigue elevar la propuesta es en su eficacia. Envuelta en neón y sombras, la cinta es un continuo puñetazo, un viaje a la oscuridad que no da un minuto de descanso. La cámara capta la acción, la crea, nos la lanza. Es imposible no sentirse agredido ya que Victori es capaz de hacer que su mirada este a la altura de las partes más delirantes del guion.

La tesis funciona desde Perros de Paja, el peligro y la necesidad de sobrevivir son capaces de convertir al hombre más pacífico en un salvaje. Quizás aquí, el extremo de ese final sólo aceptable como simbólico puede ser excesivo, pero hasta entonces recibimos un chute de adrenalina que nos tiene sujetos al asiento. Lo mejor que se puede decir de No Matarás es que es imposible sentirse cómodo dentro.

Público

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