NOVELA: ALMAS Y CUERPOS de David Lodge

 

Impedimenta

390 páginas

Disponible en ebook

No conocía nada de David Lodge, y tengo que reconocer que el principio de Almas y cuerpos me desconcertó hasta el punto de causarme cierto rechazo. Me resultaba incómoda la omnipresencia de un autor descarado, casi cínico, entrometido, demasiado irónico.... pues bien, milagros de la literatura, ha terminado siendo una de las novelas que más he disfrutado últimamente, un verdadero descubrimiento. Y supongo que, precisamente, el responsable será.... el autor.

La historia comienza en una iglesia católica, durante una misa matutina muy poco popular. Esto permitirá una precisa y meticulosa presentación de cada uno de los personajes que conformarán esta novela coral. Todos, salvo el sacerdote, son estudiantes adolescentes y todos, incluso el sacerdote, consideran su catolicismo como un compromiso firme, incluyendo todas sus normas y obligaciones.

El principal conflicto, por supuesto es el sexo. Especialmente, el sexo como herramienta de procreación, donde el placer es algo secundario. Por lo tato, no sólo estará presente en su despertar al amor y a las relaciones entre ellos, sino que seguirá siendo algo de importancia capital en sus matrimonios.

Lodge no sólo nos narra la vida de estas personas, especialmente desde la visión de la evolución de su fe a medida que se van encontrando con la vida, sino que, al mismo tiempo, realiza una crónica paralela de los acontecimientos que van marcando su existencia, desde los años cincuenta a la elección de Juan Pablo II como Sumo Pontífice. Lo hace con humor pero también con muchísima ternura; con precisión en cuanto a los cambios en el escenario y con inteligencia y lucidez en cuanto al desarrollo íntimo de los personajes.

Posiblemente, si podemos decir que Almas y cuerpos es una novela de una gran riqueza es porque pasan muchísimas cosas, tanto en el exterior como en el interior. Cuenta infinidad de pequeñas historias, hasta el punto de que tenemos la sensación de conocer a cada uno de los integrantes del grupo y a las parejas que van incorporando al mismo.

Pero sobre todo, una cosa que me encanta, es que dentro de ese aparente humor algo superficial, hay mucho para pensar, sobre la necesidad de las religiones para paliar la soledad o el miedo del ser humano o como guía en la adversidad, entre otras cosas. Siempre me causa rechazo la trascendencia que huele a trascendencia. Lo que nos propone David Lodge no es menos comprometido ni profundo, sencillamente es más fresco y más divertido.

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