Director.-
Mateo Gil.
Intérpretes.-
Luis Tosar. Marta Belmonte. Guillermo Toledo. Marta Milans. Carlos Blanco. Bea Segura. Goize Blanco. Adolfo Fernández. Pepe Ocio. Ahmed Boulane. Vito Sanz. Jorge Andreu. Ans Gracia. Miguel Ángel Solá. Elena Irureta. Daniel Holguín. Fernando Barona. Juan Blanco. Miriam Gimeno. Fernando Millán. Alex Casanovas. Adelfa Calvo. Joaquín Climent. Carmelo Gómez. Laia Manzanares.
Duración.-
6 capítulos. 45' c.u.
Netflix
Basada en un relato de Jack London.
El principio de la historia no puede ser más inquietante: un chantaje donde el daño no atentará directamente sobre el chantajeado, ni sobre su integridad, su riqueza o sus seres queridos. El objeto del chantaje es su conciencia.
Mateo Gil es un director con recurrencia a los modelos clásicos. Comenzó su carrera con un thriller muy eficaz, Nadie conoce a nadie ( no totalmente alejado de esta serie en su fondo ), y luego se atrevió nada menos que con un western , Blackthorm, y con una obra de ciencia ficción, Proyecto Lázaro. Siempre hasta ahora ha actuado desde el reconocimiento y la adopción de los códigos. Sus fuentes son por lo tanto modelos conocidos. Está claro que es una persona con una base de conocimientos sobre la narrativa, muy sólida.
Con este bagaje, no es extraño que recurra a un relato de Jack London, un gran contador de historias, con un importante fondo moral. Lo que ocurre es que aquí opta por quedarse con la esencia del relato, traerlo hasta nuestros días y convertirlo en otra cosa. Ese contraste, es uno de los valores que convierten Los favoritos de Midas en una serie diferente.
Víctor, el protagonista, es un hombre que, como consecuencia de una herencia inesperada, se convierte en uno de los hombres más poderosos del tejido empresarial del país, pero realmente no por ello pasa a integrarse en la aristocracia económica y social: no sólo le faltan orígenes sino que, sobre todo, le sobran escrúpulos morales y vocación de justicia.
Por supuesto, hay muchos elementos en la narración que nos remiten a otras historias: el policía poco convencional que se obsesiona con la historia, la joven periodista empeñada en buscar la verdad y en lucha con sus propios principios, la relación paterno filial sacrificada por otros objetivos..... pero entre todo ello, asoman los elementos centrales que, como el lacre de los sobres que contienen las amenazas, parecen venir de otra época, especialmente ese malvado desconocido, tan imprevisible como inteligente y abstracto. Todo ello, lo rodea el guionista con una visión ligeramente distópica de un país en estado de revuelta. Lo importante es que todas las piezas encajan a la perfección.
La producción es excelente, y en la interpretación, al margen de refrendar la capacidad absoluta de Tosar para cualquier cosa, celebrar el retorno de Guillermo Toledo, que siempre fue un buen actor, y lo hubiésemos podido disfrutar más si no fuese tan mal político.
Mateo Gil escribe muy bien, no en vano fue uno de los guionistas que trabajó con Amenabar en sus mejores películas. Los favoritos de Midas está muy bien escrita, tanto que la acción, perfectamente graduada, encaja a la perfección con el dilema moral que presenta, equilibrando los pesos de ambas partes. Hay mucho que pensar sobre la inocencia de las víctimas y la superioridad de quienes dominan el mundo, una premisa aterradora y quizás más cercana de lo que pensamos, pero no nueva. Varias veces recordé El tercer hombre, y en especial esas escenas, no sé si homenaje, en que, como Orson Welles desde la noria, el protagonista se encuentra contemplando las pequeñas figuras humanas que, a distancia, parecen sólo insectos sin importancia.
No olvida en cualquier caso su creador, que estamos en televisión y lo fundamental es el entretenimiento. Desde ese punto de vita, decir que la serie es apasionante, eso sí, con la valentía de permitirse un final que compraremos muchos pero también desconcertará a muchos otros.
Público
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