SERIE: ANNE WITH AN E ( ANA DE LAS TEJAS VERDES ) Temporadas 1.2 y 3 de Moira Wallet Beckett

 

Canada 2017/ 2019

Directores.-

Moira Wallet Beckett. Niki Caro. David Evans. Amanda Tapping....

Intérpretes.-

Amybeth McNulty. Geraldine James. RH Thompsom. Dalila Bela. Lucas Fade. Aymeric Jett. Ikeln Johns. Christian Martyn. Kyla Matthews. Corrine Koslo. Ryan Kiera. Ella Jonas. Stephen Tracey. Kyle Meagher. Janet Porter. Helena Robbie

Duración.-

T1- 7 capítulos- 45'c.u.

T2- 10 capítulos- 45'c.u.

T3- 10 capítulos- 45'c.u.

Netflix

Las novelas de Lucy Maud Montgomegy eran conocidas pero no excesivamente, en nuestro país. Reducidas al ámbito femenino, no llegaron nunca a la popularidad de las creaciones de Enyd Blyton ni de personajes icónicos como Pipi Calzaslargas.

Posiblemente, el mundo de esta huérfana estaba mucho más alejado del nuestro. O eso es lo que yo pensaba hasta conocer esta serie. Posiblemente, el contenido tuviese tener algo que ver y lo poco que nos llegó de esta historia estuviese convenientemente descafeinado. En cualquier caso, esta ha sido una de las sorpresas que me ha regalado la serie, que, por otro lado, empecé a ver sin demasiadas ganas.

En primer lugar, veo una diferencia importante en el tono entre las dos primeras temporadas y la tercera, las dos iniciales hablan del mundo infantil y la tercera toca ya su descubrimiento del mundo adulto, con su acceso al final a la universidad. 

La base la conocemos: niña huérfana y poco convencional ( no sólo por su pelo rojo y sus mil pecas sino también por su inagotable fantasía y su imposibilidad para callarse cuando conviene ), es adoptada por error por una pareja de hermanos que necesitaban un muchacho que les ayudase con las tareas de la granja. A partir de ahí, todo se desarrolla hacia la aceptación de la niña por parte de una comunidad en principio contraria a lo diferente.

Pero esta Ana que nos ofrece Netflix no tendrá un camino tan fácil. Poco tarda en perder esa posible sensación de ñoñería que parece inseparable de una historia de este tipo.

Uno de los valores de la serie es no renunciar a la oscuridad aunque no la potencia. Los orfanatos en esa época debían de ser verdaderamente casas de terror y es en una de ellas donde Ana pasó sus primeros años. Al mismo tiempo, la rigidez de la sociedad rural con aquello que llegada de fuera, sin las necesarias referencias y que denotaba no encajar con facilidad, no era fácil de doblegar. En ese sentido, la serie tiene la valentía de no esconder el dolor. Y desde ese punto de vista, el recorrido de Ana en estas dos temporadas primeras, es casi un viaje de la oscuridad hacia la luz.

Esa luz está, ya lo he dicho, en que lo diferente consiga ser aceptado, pero lo diferente deberá de ser más que la aceptación singular de una persona. Lo que nos proponen aquí es mucho más. No sé si estas serían las razones por las que estos libros no fueron populares aquí en tiempos remotos, pero la serie habla con claridad, contundencia y acierto sobre feminismo, identidad sexual, racismo, en definitiva, sobre libertad.

La tercera temporada sigue en la misma línea, si bien, tengo la sensación de que el desarrollo argumental relevante ha concluido en las dos anteriores y, ahora, podemos tranquilamente disfrutar con las diferentes peripecias, más o menos dramáticas o más o menos cómicas, de los variados personajes que hemos ido conociendo. 

Por lo demás, por supuesto, no es una tesis: está llena de anécdotas divertidas y de pequeños sucesos, como era de esperar, con un perfecto guion que consigue encajarlo todo, y la fotografía consigue siempre que la belleza empape las imágenes, sean estas basadas en el maravilloso paisaje, o fragmentos de interior.

La interpretación, es fantástica, la protagonista parece nacida para este personaje, así como todos los que la acompañan, niños y adultos. Por capricho, voy a citar la elegancia de Geraldine James, una de esas grandes discretas que tanto abundan en el teatro inglés.

En definitiva, Ana de las Tejas Verdes, es una serie magnífica. Probablemente, su público objetivo no parezca amplio pero tengo que decir que, yo que en un principio no era candidato, he sido capaz de divertirme, emocionarme y sentirme gratificado por su contenido.

Entre tanto producto de otro tipo, posiblemente es una rareza, pero una maravillosa rareza. De nosotros depende hacerla importante.

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