TEATRO: LES BLANCS/ THE WHITES de Lorraine Hansberry

Director.-
Yael Farber
Texto adaptado por.-
Robert Nemiroff
Restaurado por.-
Joi Gresham
Intérpretes.-
Danny Sapani. Elliot Cowan, Sian Phillips. Anna Madeley. Sheila Atim. Sidney Cole.  James Fleet. Tunji Kasim. Gary Beadle.
National Theatre at Home.

Recuerdo la evocación de África que subyacía en las novelas de Toni Morrison.
En su visión del racismo, menos combativa que inquisitiva, no renunciaba al sustrato de magia, de belleza, de singularidad, que empapaba su raza, su esencia cultural, y que tenía sus raíces en ese salvaje e inabarcable continente desde el que había volado Solomon.
El colonialismo fue un atentado irrespetuoso de aprovechar la riqueza de aquellas tierras ante la seguridad de que sus habitantes eran poco menos que animales. También, sin duda, existieron misioneros y personas de bien que viajaron allí por otros motivos más altruistas. Pero no todo es tan sencillo, y el debate sobre la verdadera consideración de la cultura que existía antes de la llegada de los blancos, y las decisiones tomadas sobre el destino de aquellos seres humanos de un color diferente, es amplio y complejo.
Ese es el debate que se expone en Les Blancs.
Nos encontramos en un país imaginario al borde de la revolución. Como respuesta ante el desprecio general por sus ansias de independencia, surge un grupo terrorista que no pone límites a su crueldad frente a los invasores.
El núcleo de la narración es una misión legendaria, donde desde hace más de cuarenta años, el mítico Reverendo Nielsen actúa como referente. Allí llegará Morris, un periodista que quiere escribir sobre el personaje. También Tshembe, un indígena que, tras siete años en Europa regresa con motivo del fallecimiento de su padre.
Preguntas como hasta donde debe de llegar el compromiso o como afrontar la justicia en una situación esencialmente injusta, son algunas de las preguntas que la obra plantea sin pretender resolver.
No conocía a su autora. Al parecer, este era un texto no concluido pero con base suficiente para restaurarlo. Tengo la sensación de que podría haberse perfilado más.
Hay mucho acierto en la estructura, los personajes y la trama.
Quizás podría haberse desarrollado más alguna línea argumental, y en ocasiones, hay un didactismo excesivo, donde las conversaciones se convierten en discursos.
Pero son temas menores en un texto sólido y comprometido.
La producción es excelente.
Con un escenario giratorio en el que una estructura de manera representa la misión a la perfección, la iluminación y, sobre todo, la música y el sonido, evocan todo el misterio de esas tierras, remitiéndonos a una cultura que sólo la ciega ambición llevaría a despreciar en lugar de intentar descubrir.
Excelente propuesta.
Seguimos disfrutando pues de las propuestas de National Theatre at Home, de su generosidad. No sabemos hasta cuando, pero es una verdadera gozada.
Aun así repito; otra forma de ver teatro, pero que ganas de volver a las salas.

Público

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