SERIE: LA LINEA INVISIBLE de Mariano Barroso

España 2019
Director.-
Mariano Barroso
Intérpretes.-
Alex Monner. Antonio de la Torre. Enric Auquer. Anna Castillo. Patrick Criado. Asier Etxeandia. Patricia López Arnaiz. Emilio Palacios. Amaia Sagasti. Pablo Derqui. Ramón Barea. Juan Amargós. Josean Bengetxea. Xoan Forneas. María Morales. Aia Kruse. Koldo Olabarri. Jon Viar. Javier Coll. Oscar Morchon. Asier Olaizola. Ione Irazabal. Txema Blasco
Duración.-
6 capítulos- 45' c.u.
Movistar

Nunca es fácil trabajar sobre heridas de la historia reciente.
ETA y su lucha armada han dado lugar a varias películas, algunas con trasfondo político, otras utilizando la historia del grupo terrorista sólo como elemento dramático.
Siempre hay críticas lógicas y recurrentes: por un lado, las de quienes defienden que por lo general se presentan sin un conocimiento profundo del trasfondo político social, por otro, las de quienes no toleran, con razón, matices de heroicidad en los asesinos.
Creo que sólo la novela de Fernando Aramburu, Patria, ha generado cierta aceptación generalizada. Un gran libro que debería de llevar a sus lectores a otra obra de su autor, los cuentos recogidos en Los peces de la amargura.
La línea invisible, tiene un objetivo claro que aparece en su cartel: contar cuando ETA comenzó a matar.
Además, la metáfora de lo que es esa línea se explica nada más comenzar.
Y eso es lo que cuenta. Pero personalmente creo que es poco.
Para hablar de la lucha armada de un grupo terrorista no puede reducirse la  historia al primer disparo. Me falta mucho contenido: el origen de la banda, el origen de la represión policial, quien dirige los hilos desde Francia, quien es ese personaje, también porqué el protagonista, un joven que no habla euskera, se siente tan vinculado a la defensa del Pueblo Vasco. Todo está tratado con bastante superficialidad, más allá de la correcta estructura dramática.
Por otro lado, llegamos al sesgo ideológico.
Es difícil, lo sé, que alguien se resista a poner cierta disculpa a cualquiera que luchó contra el régimen franquista.
Tampoco defender a sus cuerpos armados es sencillo.
Por lo tanto, el guion no lo puede evitar: los jóvenes etarras son un grupo de idealistas, como mucho engañados por otros, el policía en cambio es un torturador, sin escrúpulos, ni siquiera fiel a su esposa quien, por otro lado, no deja de merecerse esa infidelidad con la acritud de su carácter.
Sólo en el cuarto capítulo, dedicado a guardia de tráfico que será la primera víctima, se hace un ejercicio de empatía.
La linea invisible está bien filmada y aprovecha los preciosos entornos del País Vasco. Barroso es un buen director y maneja muy bien la acción, pero el tema le queda grande. Algo tan importante no se puede contar con un alcance tan reduccionista.
Por otro lado, esperemos que llegue un momento que cualquier creador, al hablar de este grupo de asesinos, lo haga con la valentía y la ausencia de complejos de Aramburu.
No eran unos héroes.
Ellos no. Nunca lo fueron.

Público

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