ZARZUELA; DOÑA FRANCISQUITA de Amadeo Vives

Director musica.-
Oliver Diaz
Director de escena.-
Lluis Pasqual
Intérpretes.-
Gonzalo de Castro. Sabina Puértolas. Ismael Jordi. Ana Ibarra. Vicenc Estevez. María José Suarez. Santos Ariño. Antonio Torres. Lucero Tena

El problema fundamental, tanto en la ópera como en la zarzuela, es, ya lo hemos comentado, trabajar con esos argumentos a menudo imposibles, oreas veces ñoños y por lo general, arcáicos.
Siempre puede hacerse una buena representación arqueológica o, por el contrario, buscar otros contextos históricos, cosa que no siempre sale bien.
También puede sublimarse como hizo Emilio Sagi en Il Pirata. O mantener tiempo y espacio dentro del realismo esperado pero siendo capaz de aportar a la representación otro aire, algo en lo que fue ejemplar la producción reciente de El Caserío en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
Por último, la propuesta de Cecilia Valdez, optaba por cierta tierna ironía a la hora de narrar el culebrón.
La Doña Francisquita de Lluis Pasqual va más allá, todo lo más allá que se puede ir. Por eso no es de extrañar el rechazo frontal de muchos adicionados con sonoras reacciones. Personalmente, y ya lo digo aquí, me ha fascinado, y aunque mis conocimientos del género son limitados, creo que será un hito a recordar.
Y es que, volviendo al inicio, a la hora de afrontar hoy día el género clásico musical, lo imprescindible es el respeto, y , al contrario de lo que muchos piensan, estoy seguro que lo que aquí demuestra Lluis Pasqual no es sólo respeto, es adoración.
La función se divide en tres actos y Pasqual los sitúa en tres épocas diferentes.
No es la primera vez. Lo hizo en Tristán e Isolda y creo recordar que en La familia del anticuario de Goldoni.
Pero aquí hay más:
Por un lado, no son sólo tres épocas sino tres estados diferentes aunque todos relacionados con el mundo del espectáculo. El primer acto tiene lugar en un estudio de grabación donde se prepara un disco de la obra para lanzar la zarzuela en Europa, estamos en tiempos de la República. El segundo, ya en la Dictadura, nos traslada a un plató donde se graba una película sobre la obra. Y en el tercero, en la actualidad, asistimos a lo que se supone que es un ensayo con público.
Lo importante es que, como se puede ver, en ningún momento es una representación de Doña Francisquita sino una ( o tres ) representación sobre la representación de Doña Francisquita.
Efectivamente, el argumento pasa a un segundo plano, e incluso un tema recurrente, en el primer y segundo acto, es la posibilidad de eliminar las palabras y dejar sólo la música.
¿Es esta una forma de infravalorar la zarzuela? ¿ una manera de despreciarla?
Creo que no. Pasqual consigue una trama paralela que puede servir también como reflexión y, asumiendo lo anacrónico de la narración, consigue un excelente soporte que justifica y actualiza la puesta en pie de la obra.
Por lo tanto, una apuesta contundente y arriesgada que el director asume con coherencia hasta el final.
Pero sobre todo, la producción de Lluis Passqual es teatralmente excelente. Preciosa en vestuario y su reducida escenografía, Ágil en los movimientos, incluso en el primer acto. Con colores sobrios perfectamente graduados componiendo estampas donde se mezclan actualidad y museo, absolutamente alejado de cualquier cursilería o teatralidad.
En fin, esta es una Doña Francisquita diferente, única, absolutamente distinta a todo lo que hemos visto.
Para mi, un espectáculo gozoso en todas sus partes que va avanzando hasta un tercer acto fantástico, coral y brillante, lleno de aciertos, con la aparición de Lucero Tena como un regalo inigualable.
Pero en cualquier caso, es una propuesta que marca un camino, de atrevido respeto, y que sin duda será muy importante para la pervivencia del género y para que este alcance la entidad que su música merece.

Público

Comentarios