NOVELA: CASAS VACÍAS de Brenda Navarro

Sexto Piso
164 páginas
Disponible en ebook.

Al concluir el primer capítulo de Casas vacías, tengo la sensación de que va a ser una colección de pinturas sobre el dolor materno, en este caso, el desgarro de la pérdida de un niño por secuestro.
Nada más lejos de la realidad.
Casas vacías es un relato completo, una narración trágica, compuesta, eso sí de dolores alrededor de la maternidad.
La componen dos voces.
Dos mujeres condenadas, por ellas mismas o por la sociedad, a asumir unos roles.
El amor materno en la esterilidad, y la fertilidad con un amor desordenado y descompuesto.
Las voces se extienden.
Van más allá del instinto materno para hacer un retrato de la situación de la mujer, en un país tan salvaje como México o en el nuestro. Dos extremos dispares pero que coinciden en el silencio con que la mujer debe de vivir su condición y en el juicio al que son sometidas, entre otras por ellas mismas.
Casas vacías narra una historia concreta pero lamentablemente su contenido es universal.
Es al parecer la primera novela de su autora.
Y es asombroso encontrarse con tanta carne puesta en palabras, con tanta pasión, con tanto desgarro. Es milagroso como alguien consigue que las palabras se conviertan en algo que, desde la plasticidad de las imágenes, consiga tanto rigor en definir la intimidad.
Casas vacías es tan brutal como perfecta. Es puro dolor, un grito.
Una obra única y entregada.
Cruzar un camino de espinas y entender, por la transparencia de la mirada, lo que puede sentir na madre, el dolor de la frustración, el dolor de la ausencia y de la incertidumbre pero, sobre todo, el dolor de saber lo que se espera fuera pero no lo que se tiene dentro.

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