CINE: SOBRE LO INFINITO de Roy Andersson

Suecia 2019
Martin Serner.
Jessica Louthander. Tatiana Delaunay. Andres Hellstrom. Jan Eje Ferling. Thore Flygel. Stefan Karlsson. Bengt Bergius. Marie Burman. Amanda Davies. Karin Engman. Lotta Forsberg. Goram Holm. Lars Lundgren. Stefan Palmqvist. Vanja Rosenberg. Andre Vara. Magnus Wallgren

Desconocía la obra de Roy Andersson hasta la premiada Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la eternidad.
Me atrapó su compleja claridad, su atrevimiento en apariencia ingenuo para abrazar el absurdo, esa mezcla de Beckett, Chaplin y Cervantes en la historia, extrañamente lineal, de dos perdedores.
Me asomo pues a Sobre lo infinito, con la ilusión de ser de nuevo sorprendido.
Ya desde el precioso cartel, con los amantes volando abrazados sobre la ciudad en ruinas,la referencia a Chagall es clara, pero no será el único pintor que esté presente en esta película.
Mi cultura artística es limitada pero creo encontrar a Hopper, a Hammershoi, a artistas del romanticismo alemán....
Porque Sobre lo infinito es una preciosa colección de cuadros con ligero movimiento, o un colección de microhistorias contadas como cuadros. una fusión perfecta entre cine y pintura pero que también está llena de contenido.
He leído en comentarios sobre la cinta la capacidad de Andersson para atrapa escenas banales, cotidianas.... tengo la sensación de que hablar de su obra no es fácil, el director no se preocupa por explicar lo que pretende pero es importante señalar que en su actitud no hay ninguna soberbia sino al contrario, mucha empatía, y una ternura.
Nos ofrece su obra. Podemos interpretarla a nuestro gusto, pero sabiendo que en ningún caso nos lanza mensajes crípticos.
Por mi parte, me tomo pues esa libertad con dos conclusiones:
En primer lugar, Andersson encuentra el infinito en cada uno de esos gestos, en cada una de esas pequeñas historias que, ellas solas, contienen cada una la eternidad porque contienen al ser humano, sus inquietudes, sus miedos, su angustia frente a un mundo inmenso.
Además, aquello en lo que el ser humano plasma ese infinito, es sin duda en el arte. Y Sobre lo infinito tiene en ese ámbito también mucho de homenaje.
Después de apenas setenta minutos, estoy pleno de extraña belleza de esos encuadres fijos con profundidad, de las figuras en segundo plano, de los rostros blancos y el declamar sin emoción, pero también de las palabras con los que una Scherezade invisible anuncia el principio de cada historia.
Algunas, dos, nos retrotraen al pasado histórico, veámoslo como una concesión a la veta pictórica del film. El resto podrían ser intercambiables con cualquier momento en que miremos a nuestro alrededor.
Pero además, tengo la sensación que desde esa mirada transparente al hoy, en un territorio casi neutro, el director abre también una vía de reflexión hacia la esencia de lo eterno, la existencia del más allá. Que queramos o no transitar la película por esa vía también es decisión nuestra. hora bien, no da respuesta ni hace preguntas, se las plantea con nosotros.
Mi favorita, vi una vez a una mujer que creía que nadie iba a ir a esperarla. Como puedo atesorarse tanta perfección en sólo unos minutos.
Concluyendo, salgo sorprendido, gozosamente sorprendido, sí.

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