NOVELA: LA MADRE DE FRANKESTEIN de Almudena Grandes

Tusquets
560 páginas
Disponible en ebook.
Episodios de una Guerra Interminable

Seguimos avanzando en este ambicioso empeño literario que ha decidido abordar Almudena Grandes y sobre el cual ya he dado mi opinión en los comentarios de anteriores entregas.
No voy por lo tanto a repetirme
Centrémonos por tanto en este episodio concreto, en esta novela que Grandes parece ordenar alrededor de un terrible y anacrónico personaje real, Aurora Rodriguez Carballeira, la parricida más famosa de la postguerra, seguramente más conocida por el público general , yo incluido, por la película que Fernán Gómez rodó sobre el caso, Mi hija Hildegart.
La historia es casi de ciencia ficción. Una mujer que concibe a una hija, superdotada, como referente de una nueva sociedad. Más un proyecto que una hija.
La criatura es capaz de entrar en la universidad con once años y alcanzar otros logros de ese nivel. Responde por lo tanto al experimento materno.
Pero cuando comienza a atisbar lo que puede ser la libertad, su madre la asesina de cuatro tiros.
Tras pasar por la cárcel, Aurora terminó ingresada en el manicomio de Cienpozuelos. 
Grandes  hace protagonista de su novela a un joven psiquiatra que, tras años de exilio en Suiza, regresa a España para aplicar, en ese centro, un nuevo fármaco destinado a mitigar los efectos de la esquizofrenia.
Su relación con Aurora, personaje que le fascina desde la infancia, le descubrirá a María, una muchacha que, trabajando allí, tiene una especial relación con esa extraña mujer.
A partir de ahí, este relato este relato a tres voces navega entre Cienpozuelos y Madrid, y la Suiza en la que el protagonista vivió antes de regresar.
Como ya comenté en otras ocasiones, Almudena Grandes es generosa en su narrativa. Intenta que todos los personajes tengan su historia y que esta se desarrolle con la misma densidad incluso cuando ya atisbamos el final. No le cuesta abrir en las últimas páginas nuevas líneas y que la densidad se mantenga hasta la última página.
Sin duda es algo positivo en su relación con el lector pero también es difícil equilibrar el interés de las diferentes historias, y al final, frente al de algunas, otras me producen mayor indiferencia.
También es cierto que, como paisaje, el de esta novela es más cerrado que en los episodios anteriores de la serie, quizás demasiado circunscrito a los avatares personales de los tres protagonistas, y no encuentro el nivel de crónica que había mantenido hasta ahora.
El centro podría ser el tratamiento de la locura como una situación a despreciar por imperfecta dentro de la sociedad nacional católica , o los manicomios femeninos como lugar donde confinar aquellas que ,en ocasiones, se atrevían a desafiar las normas entendidas como morales. Pero no encuentro un centro suficientemente intenso.
Aparecen también otros temas como los niños robados al nacer pero sin espacio suficiente en la trama.
Y conviene añadir que el personaje de Aurora, sin duda fascinante, no tarda en quedar arrinconado como secundario. La novela no aporta nada, no la dota de profundidad, dejando su historia en la mera anécdota pero sin profundizar nunca en sus motivaciones. 
La autora cuenta muy bien y le cuesta poco enebrar los hilos de la trama. Pero personalmente percibo cierta superficialidad en esta entrega.
No es fácil el empeño. Y las cifras de ventas trasladan una satisfacción mayor que la mía en esta recreación de recuerdo histórico.
En cualquier caso, para mi no será este uno de los momentos destacables de estos episodios. de una guerra para ella interminable.

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