NOVELA: LA HERENCIA de Vigdis Hjorth

Nórdica
450 páginas
Disponible en ebook

Celebración es una película de referencia, una de las que iniciaron el movimiento Dogma.
Cuando se convirtió en obra de teatro quedó claro que además de sus bondades formales, era un gran texto.
Que difícil.
Los abusos sexuales a menores dentro del entorno familiar, de padres a hijos. Contarlo asumiendo la dureza pero evitando la sordidez. Siendo capaz de llegar a lo íntimo, a los sentimientos que una situación así puede generar en las víctimas y quienes les rodean.
La Herencia coincide en temática e incluso cita la película en varias ocasiones.
También en zona geográfica, un norte de Europa en donde el concepto de la familia es menos epidérmico que en la cultura mediterránea pero quizás por ello más racional en el análisis de sus relaciones.
La herencia a la que se refiere el título se produce con los progenitores en vida. Dos casas de verano, cuyo reparto entre cuatro hermanos se convierte en detonante por la injusticia que supone.
A partir de ahí, nos introducimos, de la mano de la protagonista, en el entorno de una familia que, como dice uno de sus miembros, podría parecer idílica si no se supiese que había dos ausentes: la narradora y su hermano mayor.
Todos ellos giran alrededor de la ausencia, el rechazo de estos dos, la generación de dos bandos. Las verdades ocultas. Los recuerdos manchados.
Siempre hay dos opciones frente a un hecho así: expulsar la manzana podrida o no asumir lo ocurrido, en este último caso, dinamita los cimientos de la institución familiar.
La narración de Vigdis Hjorth opta por la segunda línea. No es sorprendente, la bomba que la verdad supondría es algo que aterra a cualquiera.
La autora no intenta contenerse en sus juicios.Parece ser que hay dudas sobre la novela como exorcismo personal, algo que podría explicar la cantidad de alma que hay en cada página.
Pero sobre todo, y es en lo que esta novela se crece, La Herencia es un mapa inmenso de los sentimientos de todos ellos y sus respuestas ante lo ocurrido y su necesidad de afrontarlo, de posicionarse, de creer o de saber.
La sensibilidad de la autora es exquisita a la hora de esa introspección, ese retrato íntimo al que sin embargo, consigue dar volumen alrededor para no empalagar.
Me apasiona esta montaña rusa emocional que huele a sinceridad y a dilema. Puedo perderme en la confusión que produce y en su dolor.
La leo con pasión y empatía.
Un gran libro, sin duda.

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